El plan, está dividido en 5 grupos de casas a lo largo de la Avda. Arias separados por la misma. La propuesta de los ocupantes de las viviendas, fue desde un inicio que se les entregaran las mismas para que ellos terminaran su construcción y al finalizarlas, comenzar a pagarlas; dado que los materiales están en los predios donde se encuentran las construcciones.
Luego de una semana sin diálogos entre la municipalidad y los ocupantes, por orden del gobierno municipal, Kirchnerista, la policía procedió a cercar el predio, además cortar los servicios básicos como la luz y el agua. Así convirtió a los predios en verdaderos guetos, al estilo de la metodología aplicada en el “Parque Indoamericano”, ya que se impedía el ingreso y egreso de personas y víveres, y además bajo amenaza de perder cualquier beneficio otorgado como planes sociales, asignaciones, etc.
Esta toma de viviendas, se da en el marco de un enfrentamiento abierto entre el “caudillo” local Dámaso Larraburu (ex diputado menemista, hoy kirchnerista y patrón del intendente en ejercicio Gustavo Bevilacqua) y el gobierno provincial de Scioli, cuyo ministro de la producción Cristian Brenteintein es el intendente electo, en uso de licencia.
Según datos del propio gobierno municipal, el déficit habitacional en Bahía Blanca alcanza 9400 familias. La toma de estas viviendas es sólo una muestra de la profundidad del problema, puesto que hace 6 meses hubo una toma de terrenos públicos por parte de 600 familias.
Desde el comienzo hubo hechos y personajes que desde dentro y fuera de la toma jugaron para dividir y debilitar a los ocupantes. Básicamente, lo que estaba en discusión eran dos posiciones: Una que trataba de mantener la toma y desde ahí negociar con el Estado; esto era sostenido por una mayoría de los ocupantes y algunos de los que acompañábamos desde afuera junto a otras agrupaciones amigas. La otra posición trabajaba activamente para desalojar; era sostenida por el municipio y algunas otras fuerzas encabezadas por el P“C”.
Nuestra postura fue, en todo momento, la de acompañar respetuosamente las decisiones que tomaban los vecinos, más allá de sugerir ideas que ayudaran a unir y fortalecer la lucha. Asimismo, acercamos agua y algunas mercaderías que pudimos conseguir, para las familias que estaban dentro del predio.
Se decide con los familiares que permanecían fuera del predio, realizar una marcha el día sábado 12 al mediodía, rodeando la toma. A pesar de haber acordado e incluso estando presentes en el momento de la marcha, algunas de las fuerzas políticas no participaron de la misma.
En esa marcha, se acuerda realizar una vigilia para la noche del domingo, puesto que había cobrado fuerza el rumor del posible desalojo por la fuerza, dado que se vencía el plazo estipulado por la municipalidad para abandonar el predio pacíficamente.
Si bien el desalojo por parte de la policía no se produjo, la presión sobre las familias, dentro y fuera del predio, fue en aumento, sembrando temor y confusión entre las mismas; por lo que el día miércoles 16, se decide abandonar las casas y realizar un acampe en la plaza principal, frente a la municipalidad. Allí se instalan unas 80 familias, algunas que tienen dónde ir, se van rotando, otras permanecen en carpas que se han ido instalando.
Hay que decir que la presión sobre los vecinos continúo durante el acampe por parte del municipio, cortando el agua, abriendo los regadores sobre las carpas, impidiendo el uso del baño público que funciona dentro de la comuna, y dando orden directa a las empresas que alquilan baños químicos, para que no se les provea a los acampantes. Por su parte, el P“C” y sus satélites intentando desviar el centro de la discusión que es con el ejecutivo municipal y el nacional, tratando de llevarlo al concejo deliberante, o a la fiscalía.
Al escribir esta nota, el estado de situación indicaría que la municipalidad ofertó a los acampantes pagarles un alquiler hasta que les entreguen las viviendas. Aparentemente esta oferta sembró confusión entre aceptar o no, en tanto el acampe continúa y, como se dijo al comienzo, es solo una muestra de lo que representa uno de los principales problemas en la ciudad, que es la falta de viviendas y terrenos para más de 9000 familias.