La designación de Bergoglio como nuevo Papa se da en el marco de una de las crisis más profundas que ha tenido la Iglesia con denuncias de pedofilia en varios países y corrupción económica. En el marco de la crisis internacional y en particular de Europa en este período. Es el primer papa latinoamericano desde la creación de la Iglesia, y no es un dato menor teniendo en cuenta los cambios que se van a operar tras la muerte de Hugo Chávez. Es de suponer que se acrecentará la disputa interimperialista en el patio trasero de los EEUU, con una fuerte y creciente presencia del imperialismo chino.
[publicado en Vamos por la Liberación Nº1, 22/3/13]
[publicado en Vamos por la Liberación Nº1, 22/3/13]
En este sentido, en nuestro país, los primeros pasos de Bergoglio son acompañados y exagerados por una campaña desatada por los medios de la oposición que apuntan a mostrar cómo “ha cambiado la iglesia ya en pocos días” y cómo el papa argentino pasa a ser el “hombre fuerte” en el plano político internacional.
Bergoglio como jesuita, tiene llegada a los sectores más pobres del pueblo y él mismo se caracteriza como conciliador. Estos dos elementos son importantes a la hora de ubicar el papel de la Iglesia en un mundo convulsionado por la crisis y las luchas populares, en particular en América Latina.
Con Bergoglio como papa, se reforzarán en nuestro país las posiciones contra el aborto y el matrimonio igualitario. Más allá de su oposición a los Kirchner, siempre trabajó activamente para frenar estos reclamos.
Fueron importantes las denuncias contra la trata y la droga por parte de Bergoglio, así como la presencia en la lucha de los familiares de Cromañón.
Pero esos “aires renovadores” contrastan en primer lugar con la doctrina de la Iglesia y sus posiciones reaccionarias en cuanto a la familia y papel de la mujer. Y en particular con la actuación de la Iglesia durante la dictadura fascista y también con su silencio cómplice en los juicios a los militares, aún frente a los casos de curas asesinados como Enrique Angelelli en 1976 o Carlos Mugica asesinado en 1974.
Bergoglio, que tuvo una posición importante en la Iglesia durante el periodo de la dictadura, fue citado a declarar en una de esas causas. Tampoco aportó información e incluso manifestó no conocer el robo de bebés ¡hasta alrededor del año 2000! Nunca condenó ni señaló el papel de la Iglesia ni a los que colaboraron.
Somos respetuosos de los sentimientos religiosos de nuestro pueblo, pero también, como parte de ese respeto es necesario no ocultar la verdad sino buscar esa verdad en los hechos sobre todo cuando hay miles, entre ellos una mayoría de católicos, que lucharon y dieron su vida contra la dictadura fascista y contra la opresión a nuestro pueblo.
Bergoglio como jesuita, tiene llegada a los sectores más pobres del pueblo y él mismo se caracteriza como conciliador. Estos dos elementos son importantes a la hora de ubicar el papel de la Iglesia en un mundo convulsionado por la crisis y las luchas populares, en particular en América Latina.
Con Bergoglio como papa, se reforzarán en nuestro país las posiciones contra el aborto y el matrimonio igualitario. Más allá de su oposición a los Kirchner, siempre trabajó activamente para frenar estos reclamos.
Fueron importantes las denuncias contra la trata y la droga por parte de Bergoglio, así como la presencia en la lucha de los familiares de Cromañón.
Pero esos “aires renovadores” contrastan en primer lugar con la doctrina de la Iglesia y sus posiciones reaccionarias en cuanto a la familia y papel de la mujer. Y en particular con la actuación de la Iglesia durante la dictadura fascista y también con su silencio cómplice en los juicios a los militares, aún frente a los casos de curas asesinados como Enrique Angelelli en 1976 o Carlos Mugica asesinado en 1974.
Bergoglio, que tuvo una posición importante en la Iglesia durante el periodo de la dictadura, fue citado a declarar en una de esas causas. Tampoco aportó información e incluso manifestó no conocer el robo de bebés ¡hasta alrededor del año 2000! Nunca condenó ni señaló el papel de la Iglesia ni a los que colaboraron.
Somos respetuosos de los sentimientos religiosos de nuestro pueblo, pero también, como parte de ese respeto es necesario no ocultar la verdad sino buscar esa verdad en los hechos sobre todo cuando hay miles, entre ellos una mayoría de católicos, que lucharon y dieron su vida contra la dictadura fascista y contra la opresión a nuestro pueblo.