Tras llevar el dólar a 8 pesos, el gobierno insiste que esta nueva devaluación no debería impactar en la inflación y mantiene una campaña contra “algunos” empresarios que especulan y remarcan los precios. Previamente, por unos días, había lanzado una campaña mediática para la conformación de una Junta Nacional de Granos y denuncias a los especuladores.
En el Vamos! Nº21 analizamos la incidencia importante de la devaluación en la inflación y que un organismo de estas características sería una herramienta imprescindible para que el Estado –y no los monopolios- controle los precios de los granos, tanto para los productores como para el consumo interno. También recuperaría para el Estado el control de las divisas por los productos exportados, hoy en manos principalmente de cinco cerealeras en el rubro de granos: Cargill, Bunge, ADM, Louis Dreyfus y Nidera. Sería mejor aún si este organismo abarcara también la comercialización y exportación de carnes.
Sin embargo, al final de cuentas, una vez llegado a un acuerdo con estas cerealeras, el jefe de Gabinete Capitanich admitió que no hay en marcha un proyecto para la creación de dicha Junta (lunes 11/2). Hubo un forcejeo con estos monopolios, pero el gobierno se contentó con estabilizar momentáneamente el ingreso de divisas extranjeras.
Entonces, frente a la inflación, el gobierno se limita a una nueva lista de precios de productos tan “cuidados” como inhallables y a una propaganda contra los supermercados. Así las denuncias oficialistas y la propuesta de Junta Nacional de Granos se quedan en ladridos.
Especulación autorizada
El gobierno también había particularizado sus denuncias sobre la especulación en la petrolera angloholandesa Shell, acusada por comprar dólares a $8,40 el jueves 23 de enero. Sin embargo, oculta que el Banco Central había autorizado esa compra de dólares. Según admitió el presidente de la Shell Aranguren en una entrevista radial, la petrolera tenía una ganancia de 10 millones de dólares que buscaba enviar a sus accionistas. Ese día compraron 1 millón con este fin. Una buena mordida.
Cristina Kirchner en su cadena nacional del 4 de febrero. |
La realidad es que la remisión de ganancias del conjunto de empresas imperialistas a sus casas matrices es una de las principales fugas de divisas. Pero también se debe contar todo lo que se va por los pagos récord de deuda externa y por la importación de insumos y productos que podrían producirse acá. Todo esto es una verdadera sangría de trabajo argentino. Esto es lo que no cuestionan ni el gobierno, ni los medios hegemónicos opositores. Porque para ellos, la dependencia no se toca.