Trabajadoras y trabajadores de la autopartista alemana se movilizan por la reincorporación de 54 compañeros. El gobierno nacional busca limitar la protesta. Entrevistamos a una de las obreras.
Arrancó el 2014 y las trabajadoras y los trabajadores de Kromberg & Schubert recibieron la noticia de que durante las vacaciones la empresa había despedido a 54 compañeras y compañeros, entre contratados y efectivos. La empresa alemana argumenta que es por baja de la producción; pero muchos de los desafectados encabezaron la gran lucha del año pasado que dio con la conformación de la “Lista Lila”. Esta es una de las tantas maniobras que utilizan estos monopolios autopartistas para encarar el año que se viene, queriendo amedrentar a los empleados y que no salgan a luchar.
Kromberg tiene unas treinta plantas desparramadas por el mundo, que le generan miles de millones de dólares de ganancias. En Argentina factura entre 50 y 100 millones de pesos anuales, cuando la masa salarial no llega a los 5 millones. Pero como siempre, ante cualquier cimbronazo, la variable de ajuste para los explotadores son los laburantes.
La situación de la industria automotriz es endeble, con una balanza comercial deficitaria y fuertemente atada a las exportaciones, sobre todo a Brasil. Ya hubo despidos, suspensiones y retiros “voluntarios” en Lear (autopartista que produce mazos de cables para Ford), Johnson (butacas), IKA Renault-Córdoba y VW, entre otras.
En la última semana los trabajadores de Kromberg & Schubert han puesto una vez más el reclamo por la reincorporación en la calle. El pasado jueves 30/1 cortaron Corrientes y Callao, en Capital Federal, y marcharon al Ministerio de Trabajo exigiendo respuestas. Por ahora ni el Ministerio ni el sindicato del Plástico se hacen cargo; y el secretario de Seguridad Berni manda sus escandalosos operativos, mostrando de qué lado está el gobierno. “Más allá del legítimo derecho no se puede permitir que un grupo minúsculo de trabajadores corte calles”, afirmó. Consideró que “el año 2014 va a ser muy conflictivo” y agregó: “Hay que ponerles un límite”.
Así viene la mano para este año: ajustazo devaluatorio, inflación galopante que se traga los salarios y represión. Pero también será un año de lucha. Para impedir que una vez más el ajuste caiga sobre el lomo de los trabajadores, es imprescindible rodear de solidaridad a los despedidos de Kromberg & Schubert.
Entrevistamos a una de las trabajadoras que se viene movilizando contra los despidos.
- ¿Cómo arrancó este nuevo conflicto?
Antes de salir de vacaciones la empresa y el sindicato habían prometido que no iba a haber despidos. Pero hubo suspensiones a los compañeros que no llegaban a la cantidad de días de vacaciones. En medio de las vacaciones nos enteramos que a varios compañeros que estuvieron con nosotros en la lucha les empezaron a llegar los telegramas. Entonces decidimos organizarnos para enfrentar todos estos despidos.
- ¿Y qué hizo el sindicato?
El sindicato negó tener conocimiento de la situación, pero luego informaron que eran 34 efectivos y 20 por agencia. Entonces decidimos empezar a movilizar y a llamar a los compañeros, para ponerlos al tanto de la situación y organizarnos. Marchamos al municipio en Pilar, y se hizo la marcha el jueves en Capital. Nosotros empezábamos a trabajar el día 20. Sabíamos que el sindicato iba a armar una asamblea, que iba a ir en contra de todos los despedidos justificando a la empresa. Entonces decidimos empezar a organizar una estrategia a tomar para enfrentar esta situación.
- ¿La situación adentro de la fábrica cómo está?
Ante la imposibilidad de hacer una asamblea para discutir y dejar expuesto al sindicato, y sabiendo que por ahí el sindicato iba a empezar a hacer asambleas por sector, nos organizamos en distintos grupos para poder sincronizar todo lo que íbamos a cuestionarles y qué era lo que le íbamos a pedir. Acá el sindicato lee un acta que ya tiene con el Ministerio de Trabajo donde dice que nuestros compañeros despedidos eran faltadores, justificando a la empresa. Se abrió un debate para tratar de exponer adelante de aquellos compañeros que todavía no estaban al tanto de la situación o que quizá tenían miedo o no sabían que era verdad y que no, para que estén al tanto y que no sea solamente la palabra del sindicato. Si bien los compañeros sintieron el golpe del conflicto pasado y de las elecciones fraudulentas, nosotros empezamos a organizarnos con compañeras por sector y tratar de convencer a todos de que la empresa quiere simular una baja de producción y aplica despidos persecutorios.