A fines del año pasado el reclamo salarial de los trabajadores de la Lotería de la provincia de Buenos Aires irrumpió en la calle. Disconformes con la paritarias 2014, reclaman una nueva bonificación y han logrado avances. Conversamos con Ezequiel, uno de los delegados de ATE de esa dependencia.
¿Cómo se origina el conflicto?
A partir de una lucha muy grande, desde el año2003 los empleados del Instituto Provincial de Lotería y Casinos cobramos mensualmente una bonificación cuyo origen es un porcentaje de los premios de Quiniela que prescriben sin que los apostadores los hayan ido a retirar. Esta bonificación no la perciben los contratados, sino los trabajadores en planta temporaria y permanente, en un porcentaje que se incrementa con la antigüedad hasta llegar al 100% a los 5 años de haber pasado a planta.
En el año 2014, se dan dos factores que impactan terriblemente en los bolsillos de los empleados. Por un lado, cierra escandalosamente la paritaria general de los estatales de la provincia con un monto fijo que no va al básico y muy por detrás de la inflación real. Por otro lado, una camada de más de 100 trabajadores cumplen la antigüedad suficiente para percibir mayor porcentaje en la bonificación de premios prescriptos de quiniela y, como el fondo total para la bonificación no se incrementó, esto resulta en una baja sustancial en el monto de la bonificación que perciben muchos compañeros, cuyo poder adquisitivo se reduce drásticamente.
¿Qué decidieron hacer los trabajadores?
Frente a esta situación, los trabajadores armamos en una mesa técnica en conjunto con funcionarios del Instituto, un proyecto de nueva bonificación, esta vez sobre un porcentaje de las prescripciones de premios de los juegos poceados (por ejemplo el Quini6). El proyecto se envía a Economía, donde queda parado por meses. Los trabajadores nos declaramos en estado de asamblea permanente y tomamos distintas medidas de fuerza, como la suspensión de los sorteos. El gobierno nos dictó la conciliación obligatoria en tiempo record y, en el transcurso de la misma, nos ofreció un adicional mensual de 800 pesos para todos los trabajadores (contratados, temporarios y permanentes) y el compromiso de abrir una paritaria sectorial en el mes de diciembre del 2014 para abordar el tema de la nueva bonificación. En una masiva asamblea en el Salón de Sorteos, gana por 113 votos a favor y 96 en contra la moción de aceptar la propuesta y el compromiso de las autoridades.
¿Cómo siguió el reclamo?
En diciembre se retoma el proceso asambleario y los trabajadores nos enteramos que nos patean la paritaria sectorial hasta marzo o hasta que termine la general. Había incertidumbre en el cobro de los 800 pesos durante enero y febrero, ya que no estaban garantizados los fondos. Con estas novedades, sumados a la indignación por los escandalosos gastos en publicidad que está realizando el gobernador en un año electoral, estalla la bronca de los compañeros: la asamblea define cortar la Calle 46, difundir el reclamo con banderas y pancartas, y se suspenden dos sorteos.
El gobierno vuelve a dictar la conciliación obligatoria en tiempo record. Pero esta vez los trabajadores en asamblea definimos no acatarla. Entonces se mantuvo el estado de asamblea permanente, y se profundizó el plan de lucha: se volvió a cortar Calle 46, se suspendió la atención al público durante más de una semana, se suspendieron varios sorteos, se elevó una nota al Ministerio de Trabajo firmada por más de 160 compañeros y nos movilizamos al sorteo del gordo de fin de año con folletos y pancartas para hacer público nuestro reclamo. Las autoridades terminaron suspendiendo el sorteo y realizándolo en Capital Federal, hecho que fue silenciado por los grandes medios de comunicación.
Finalmente, luego de un mes de conflicto, se consiguió que se garanticen los 800 pesos durante los meses de enero y febrero y el compromiso de adelantar la paritaria sectorial a la segunda semana de febrero.
¿Cómo ha sido el trabajo gremial a lo largo del conflicto?
Pese a la altura de año y que muchos compañeros se encontraban de vacaciones, las asambleas diarias fueron muy concurridas. En ellas se discutieron y definieron todas las medidas de fuerza. Al calor de una corriente de trabajadores combativa, que pasa a protagonizar las discusiones y las decisiones en las asambleas, se abre una crisis en la dirigencia de los gremios mayoritarios, UPCN y AMS, porque no respetaron el mandato de las asambleas y acataron la conciliación obligatoria. Se ganaron el rechazo de muchos compañeros y sufrieron numerosas desafiliaciones.
Este proceso va acompañado también por un salto en el crecimiento de ATE, que casi triplicó su cantidad de afiliados. Defendiendo y respetando los mandatos de asamblea, y trabajando con una línea clasista a lo largo de todo el conflicto para profundizar el camino de la lucha y la unidad, los delegados hemos logrado crecer en influencia y transformarnos en referentes de una gran parte de esta corriente combativa de trabajadores.
¿Cuáles son las perspectivas?
La lucha para abrirle la mano al gobernador y conquistar un salario acorde a la canasta familiar, contra la precarización y por los pases a planta, es dura. Para ganar, las fuerzas clasistas debemos redoblar esfuerzos y profundizar el camino de lucha y unidad de todos los trabajadores, apoyándonos en la corriente más combativa para ganar al resto de los compañeros, fortaleciendo un modelo de democracia sindical que pase en limpio las experiencias del clasismo en Argentina y defendiendo las asambleas unitarias y resolutivas como herramientas de democracia directa donde se puedan expresar todas las corrientes.