martes, 27 de enero de 2015

Un nuevo pacto al peor estilo “Roca-Runciman”

[Vamos! Nº 44]  Se aprobó en el senado el convenio de cooperación económica con China.












El 29 de diciembre, en soledad, el oficialismo aprobó en el Senado un convenio de cooperación con el imperialismo chino que retrotrae nuestra Nación al pacto Roca-Runciman (ver recuadro), constituyendo un nuevo salto en la política e entrega y amarre con ese imperialismo. Esta política agudiza la disputa interimperialista sobre nuestro país, con una nueva crisis política producto de la muerte del fiscal Alberto Nisman.

En la actualidad ambas naciones tienen un intercambio comercial significativo casi equivalente a 15 mil millones de dólares por año. Las inversiones chinas para la construcción de las represas hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, en Santa Cruz, equivalen a 4.700 millones de dólares.

A libro cerrado

El Senado aprobó a libro cerrado el acuerdo diplomático que la presidente Cristina Kirchner firmó con su par chino Xi Jinping. Por tratarse de un convenio establecido entre los gobiernos de dos países, el parlamento solo puede aprobar en general o rechazar el entendimiento. El convenio marco de cooperación en materia económica y de inversiones entre la Argentina y China va acompañado por dos acuerdos sobre inversiones industriales e infraestructura.

Un convenio entreguista

El proyecto consta de diez artículos que conceden amplios beneficios al imperialismo chino y habilitan decisiones discrecionales al gobierno nacional. A cambio de financiamiento, China recibirá privilegios para invertir en los sectores de “energía, minerales, productos manufacturados, agricultura y sistemas de apoyo, tales como centros de investigación y desarrollo y parques industriales”, según consta en el artículo 4 del documento.

El nuevo convenio con China permite eludir licitaciones y habilita la llegada de trabajadores de ese país, como establece su artículo 6° donde se concede condiciones de igualdad laboral para chinos y argentinos. Este artículo tuvo la crítica de diferentes sectores sindicales, que no cuestionaron la esencia del convenio, sino sólo lo que respecta a la contratación de mano de obra argentina. Incluso no cuestionaron las condiciones laborales.

Uno de los “centros de investigación” sería la “estación espacial de exploración lunar” que Pekín prevé instalar en un predio de 200 hectáreas en Neuquén. Una base construida y controlada por una empresa vinculada a las fuerzas armadas chinas, con la presencia de militares de ese país en territorio continental.

El quinto artículo del convenio establece además que el Poder Ejecutivo argentino podrá utilizar “el proceso de adjudicación más ventajoso” para beneficiar al Estado chino y sus empresas. Eso incluye la posibilidad de eludir licitaciones para conceder obras y contratos mediante “adjudicación directa siempre que estén sujetos a financiamiento concesional de la parte china”.

El acuerdo diplomático no se limita a las inversiones y obras de infraestructura. También concede facilidades para que cualquier ciudadano chino pueda instalarse en la Argentina “para la realización de actividades lucrativas, ya sean laborales o profesionales, como empleados o por cuenta propia”.

En un futuro cercano, los beneficios que logró Pekín podrían ser ampliados aún más. Gracias a la autorización que le concede el artículo 2, el gobierno nacional quedó habilitado a firmar nuevos “convenios específicos en los que se detallarán el plan de trabajo, el procedimiento para la recepción y el uso de fondos y el perfil de la participación de las distintas partes en cada caso”.

De esta forma, el neo-desarrollismo nac & pop supera al pacto “Roca-Runciman” firmado por la oligarquía en 1933, y otorga un cheque en blanco a la penetración imperialista en nuestra nación. Las fuerzas antiimperialista debemos movilizarnos y desatar una gran campaña para denunciar este nuevo pacto entreguista.