Los sectores de clases dominantes opositores utilizan la impunidad del caso AMIA como ariete contra el Gobierno K y su alianza “estratégica integral” con China. El kirchnerismo, a la vez que avanza veloz en los acuerdos y subordinación con ese imperialismo, hace un llamado contra las “maniobras destituyentes” y en una supuesta defensa de la patria. Los trabajadores y el pueblo necesitan hacer su propio camino.
Presidenta imputada
La imputación a Cristina Kirchner por la denuncia del fiscal Nisman agudiza la crisis política abierta por la muerte del fiscal. El contenido de la denuncia parece alcanzarle al nuevo fiscal Gerardo Pollicita para imputar a la presidenta de encubrimiento en la causa AMIA.
En la calle, fábrica, oficina o comercio se habla de un crimen político por la muerte del fiscal. Y es muy difícil despegar a la Rosada, no sólo por la resolución judicial que ubica allí a los principales imputados, sino especialmente por las sospechas que refuerza el kirchnerismo cada vez que insiste con la tesis de suicidio. Además cuenta con elementos como Milani al frente del Ejército, acusado de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura y con la capacidad operativa para perpetrar hechos de ésta u otra naturaleza.
El kirchnerismo salió a denunciar una conspiración en su contra: un “golpe de la Justicia”, “destituyente”, urdido por la CIA –con quien Nisman tenía un estrecho vínculo– y servicios de inteligencia residuales. Entonces insisten en que éste sería un ataque a la Nación Argentina y que entonces deberíamos cerrar filas detrás del Gobierno. Pero la muerte del fiscal Nisman –más allá de quiénes sean los responsables materiales e intelectuales– es el resultado de una disputa interimperialista. Se da en un contexto donde el Gobierno avanza veloz en los acuerdos y subordinación con el imperialismo chino. Los imperialismos rivales y sus socios locales, que no quieren perder terreno, utilizan la causa AMIA para asestar golpes al Gobierno que ha amarrado la hegemonía china.
Como sostuvimos desde un principio –y que se niega en los análisis de la oposición liberal–, aquí emerge la verdadera Argentina, la dependiente y en disputa, sostenida por un Estado oligárquico-imperialista. La impunidad, los asesinatos –como el de Nisman–, los métodos mafiosos entre facciones, la manipulación de los servicios y la rapiña es la moneda corriente para las transacciones de los actores que lo sostienen. Querer “mejorar” este Estado o “democratizar” sus fuerzas represivas y servicios es pretender embellecer este juego macabro.
Cambio de hegemonía
Cristina Kirchner viajó a China y selló la hegemonía de ese imperialismo en nuestro país (ver página central). Esta es la cuestión de fondo y la que divide a las clases dominantes y los imperialismos que disputan en nuestro país. La UIA está dividida y el Gobierno acaba de hacer un acuerdo con la dirección de la Federación Agraria Argentina, que hace tambalear su presencia en la Mesa de Enlace. Acá no se trata de “hacer o no negocios con china” (eso lo hacen todos). Se trata de un cambio de hegemonía en el bloque de clases y sectores que dirigen el Estado argentino.
El kirchnerismo se hizo de la dirección de YPF para controlar su directorio y la caja, y desde allí asociarse con monopolios imperialistas como Chevrón (EEUU), Sinopec (China) o Gazpron (Rusia). Mientras permite a otros monopolios imperialistas “hacer sus negocios”, fue beneficiando principalmente a los chinos. Con la firma del acuerdo para instalar una base “aeroespacial” dirigida por militares chinos en la provincia de Neuquén se establece un hecho sin precedentes, ya que permite oficialmente la presencia militar extranjera en el país, la región y en particular en el yacimiento de petróleo no convencional de Vaca Muerta que abarca toda esa provincia.
Ningún cambio de hegemonía ha sido en nuestro país de manera pacífica y de un día para el otro. La intensidad de la crisis política que estamos viviendo es quizás el comienzo de una escalada donde no se descarta el llamamiento del kirchnerismo a sus filas para “resistir el golpe” o un adelantamiento de las elecciones. Mientras, avanza con la aprobación en diputados del convenio con China. Lo que está en juego es el amarre estratégico que condiciona al próximo gobierno y va más allá del 2020.
Por más que en un principio se haga en soledad –como cuando denunciamos en la adversidad la penetración del imperialismo ruso– las fuerzas populares debemos levantar bien alto las banderas antiimperialistas para golpear la penetración china, aprovechando las contradicciones interimperiaslistas, pero de ninguna manera buscando apoyos o alianzas con sectores imperialistas rivales.
El camino del pueblo
La realidad del pueblo es la de los pibes que mueren por desnutrición, que es una de las causas más dramáticas e inconcebibles de mortalidad infantil. La mortalidad infantil y materna es el reflejo de una multiplicidad de causas, condiciones ambientales y socioeconómicas precarias. No se resuelve sólo con la Asignación Universal por Hijo, ya que abarca la calidad de la atención sanitaria y el proceso reproductivo. Son todos indicadores del desarrollo social de un país dependiente y una sociedad dividida en clases.
La realidad del pueblo es la de los hermanos criollos y originarios en Chaco, Formosa, Santiago del Estero o Tucumán, donde los privan de sus tierras y los matan las fuerzas de seguridad o los sicarios de los terratenientes.
Es la de los docentes que los apuran para arrancar las clases, pero pretenden que trabajen con sueldos que no llegan a fin de mes. Son los maestros que dan nuevamente el ejemplo, marcando el inicio del año con luchas masivas frente a las nuevas paritarias a la baja.
Este año son las elecciones presidenciales, que como tales sólo disputarán con posibilidades sectores de las clases dominantes. Para las fuerzas populares queda hacer acuerdos para disputar en la contienda con la perspectiva de acumular fuerzas para la lucha.
En ese sentido estamos conversando con fuerzas políticas que integran el FIT (Frente de Izquierda y los Trabajadores) y lo haremos con Pueblo en Marcha (partido político en construcción integrado por el Frente Popular Darío Santillán (FPDS), Democracia Socialista, El Avispero-Bartolina Sisa y el Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social). Pueblo en Marcha difundió recientemente una declaración junto a intelectuales y dirigentes populares planteando la necesidad de que el FIT se amplíe. Trabajamos para apoyar, desde un acuerdo de fuerzas con un programa antiimperialista y antiterrateniente, aquellos frentes que desde la contienda electoral potencie la lucha popular y ayude sumar fuerzas para la liberación nacional y social.
En lo inmediato, nos planteamos con estas fuerzas impulsar la lucha salarial para imponer en las paritarias aumentos del salario mínimo basado en las necesidades de una familia tipo de 12.300 pesos, según cifras divulgadas por la Junta Interna de ATE-Indec.
En el marco del desarrollo de la crisis política disparada por la muerte del fiscal Nisman, la imputación a CFK y la “marcha de los fiscales” (de la cual no participamos) sostenemos mantener la independencia del pueblo para no ser usado en esta contienda de facciones de las clases dominantes, oponiéndonos a cualquier juego golpista o autogolpista en la que pueda derivar la crisis política y profundizar la lucha independiente para imponer:
• La apertura y desclasificación con control popular de todos los archivos secretos del Estado en la causa AMIA. Juicio y castigo a todos los responsables políticos y materiales del atentado, empezando por Carlos Menem, Hugo Azorreguy, Carlos Corach, entre otros.
• Desmantelamiento de todos los departamentos, secretarías, programas o proyectos de inteligencia de las fuerzas represivas del Estado como el “Proyecto X”, creados para controlar y perseguir a las fuerzas y dirigentes populares.
• ¡Cárcel a Milani! Derogación de la Ley Antiterrorista. Aparición con vida de Julio López. Cierre de las causas a los luchadores populares. Justicia para las víctimas del pueblo que murieron en la luchan por tierra y vivienda, por hambre, represión, trata, gatillo fácil y la corrupción.
• ¡Inmediato aumento de salarios! ¡Que la crisis la paguen los monopolios, terratenientes y bancos!
• No a la base militar china en Neuquén. ¡Fuera todos los imperialismos de la Argentina!