[Vamos! Nº 67] Modificación por decreto en la Ley de Medios.
La tan ansiada-para-algunos anulación de dos artículos de la Ley de Medios (el 161 de adecuación de cantidad de medios y composición societaria, y el 45 de multiplicidad de licencias), que derogó parcialmente y en forma inconstitucional la norma a través de un instantáneo Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU); así como la modificación de la autoridad del área –que quedó unificada en las funciones de organismo de aplicación y de control con el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), disolviendo las autoridades federales del Servicio de Comunicación Audiovisual (Afsca) y de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Aftic)– inauguraron el ciclo de gobierno de la alianza “Cambiemos” en el área comunicacional.
Así, el presidente Mauricio Macri retribuyó con lo mínimo esperable los desvelos del Grupo Clarín: dejó deshilachada en dos de sus aspectos emblemáticos la normativa elaborada para regular los medios de comunicación, votada en una compleja negociación política empresarial, social y parlamentaria, que le demandaba al monopolio liderado por Héctor Magnetto un ejército de abogados para librar el hostigamiento kirchnerista.
Todavía se disputa en la Justicia la inconstitucionalidad de esos DNU y Martín Sabatella quedó amparado con dos cautelares para regresar a la dirección de la Afsca.
En este contexto de desarticulación de áreas comandadas por funcionarios del gobierno de Cristina Kirchner, se impone la re arquitectura de empresas como el Grupo 23, de Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, que dejaron de “rendir” una vez privadas de los beneficios de la publicidad oficial, en este caso, más de 100 millones de pesos de pauta proveniente solamente de la Ansés, además de otros 800 millones desde 2009. Manteniendo en vilo a centenares de trabajadores de prensa que siguen sin cobrar sueldo ni aguinaldo y se ven amenazados con despidos,
Szpolski, reciente candidato a intendente de Tigre por el Frente para la Victoria, acaba de desprenderse de radio América AM1190 y del diario Tiempo, mediante la venta al ignoto Grupo M Deluxe propiedad del correntino Juan Mariano Martínez Rojas, dedicado al “desarrollo de negocios de entretenimientos, shows, deportes ecuestres y servicios de promoción, marketing, publicidad y asesoramiento financiero”. Encargado de “eventos musicales” en Argentina y Paraguay, Martínez organiza actualmente los próximos shows del puertorriqueño Ricky Martin y la banda mexicana de rock Maná en el país.
Tras la anulación parcial de la Ley de Medios y la disolución de las autoridades de aplicación, la saga de ‘necesidades y urgencias’ continuó con la redistribución de los negocios del monopolio estatal Fútbol para Todos, que vendió a El Trece y Telefé las transmisiones de los partidos jugados por Boca y River. Sin licitación, el gobierno de “Cambiemos” asignó lo más jugoso de la televisación a los dos canales privados más poderosos, a cambio de 180 millones de pesos entre ambos, que además se alternarán con Canal 9 para transmitir Independiente y Rácing.
La reingeniería macrista, orientada supuestamente al ahorro, implementó un curioso modo: el gobierno de Macri le daría a la Asociación de Fútbol Argentino 1.900 millones de pesos en concepto de derechos de televisación, para luego cederles con exclusividad a El Trece (Grupo Clarín) y Telefé (Grupo Telefónica) los partidos de mayor audiencia del Torneo de Primera División que comenzará el 5 de febrero, por una cifra que no supera el 10 por ciento de lo que invirtió…