El gobierno jujeño la acusa de “instigar el delito” y el “tumulto”.
Otra medida judicial que criminaliza la protesta.
De todas las acusaciones contra la dirigente Milagro Sala de
la agrupación Tupac Amaru, el gobernador Gerardo Morales eligió para detenerla la
causa que más le duele al gobierno: manifestarse y organizar un acampe en la Plaza Belgrano frente a la gobernación. La carátula de “instigar el delito” y el “tumulto” es
tan amplia y ambigua que prácticamente podría aplicarse a los referentes de cualquier
movilización. Por eso rechazamos esta detención.
Este proceso judicial se suma a la represión sufrida por los
trabajadores de Cresta Roja en Ezeiza y por los estatales en La Plata. Pero
también cabe mencionar el envío de 250 efectivos de Gendarmería para disuadir
la protesta de la UOCRA en Santa Cruz y el infame juicio y exoneración contra
33 trabajadores docentes y camioneros en Tierra del Fuego.