En su discurso ante el Congreso, Cristina Kirchner afirmó que hay “más de 900 condenados, [y] cientos de juicios que se están realizando en todo el país, precisamente porque este Congreso declaró la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final”. Naturalmente, la reanudación de los juicios y las condenas son triunfos. Vale aclarar: son producto de casi cuatro décadas de lucha popular que, desde las heroicas Madres de la Plaza, no abandonó nunca la calle.
También vale precisar que las condenas a represores alcanzaron a 468 hasta marzo de 2014, según contabilizó el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVJ)(1). Esto da como resultado menos de un represor preso por cada uno de los 600 centros de concentración que hubo. Motivos para seguir luchando.
Curiosamente, CFK omitió mencionar los más de 70 represores prófugos, en algunos casos con colaboración escandalosamente comprobada de la fuerza a la que pertenecen. Una muestra más de la mentira del kirchnerismo cuando afirma que se estaría avanzando en fuerzas armadas “democráticas” o “nacionales y populares”. Según insisten, ahora con la reconversión de la ex Side en la AFI también los servicios de inteligencia serían más “transparentes” o “democráticos”. Una nueva burla.
A la vez, indigna la absolución de esta Justicia para Pedro Blaquier, dueño del Ing. Ledesma en Jujuy y responsable por el Apagón en Jujuy, noche en la que se secuestraron 400 personas y 55 aún permanecen desaparecidas.
Mientras tanto, hay más de 5.000 luchadores encausados, nueve trabajadores petroleros con sentencia en Las Heras, docentes con causas penales en Tierra del Fuego, sigue la Ley Antiterrorista, no cesa la represión y espionaje de la Gendarmería a los trabajadores, la Federal y Metropolitana realizan operativos conjuntos para desalojar y demoler barrios ocupados en Lugano… Para todo esto este Estado es más eficaz.
Ni Stiuso, ni Milani
Tras tenerlo a su servicio durante más de una década, este año el kirchnerismo pasó a denunciar las vinculaciones del servicio Antonio “Jaime” Stiuso con la Cia yanqui. Stiuso entró a la Side en 1972 y, evidentemente, se adaptó bien a la dictadura. Para el Gobierno no sólo no fue un problema en todo este tiempo, sino que fue recomendado por Néstor Kirchner para trabajar con el fiscal Nisman en la causa Amia. Entonces, ¿qué intereses tenían en común?
Más allá de lo poco creíble de la provocación que es que nos planteen que con la AFI pasemos a tener servicios de inteligencia “democráticos” o “transparentes”, lo que soslaya el Gobierno es que en realidad el eje de su espionaje fue pasando a manos del Ejército, conducido ahora por César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani. Otro implicado en la dictadura, que se desempeñó como oficial de inteligencia en el batallón de Ingenieros de Construcción 141, y que hoy está denunciado en la Justicia por la desaparición del soldado Alberto Ledo en 1976.
Como afirmó el EMVJ, para el nombramiento de Milani “no importaron las denuncias hechas hace ya más de 30 años frente a la CONADEP, no importaron los testimonios de sobrevivientes que lo acusan, ni los de los presos políticos interrogados por él. Milani es un ejemplo de los miles de represores que permanecen en las fuerzas de seguridad sin ser juzgados por sus crímenes durante la dictadura”(1).
Porque el trabajo central de las fuerzas armadas y de seguridad de este Estado oligárquico imperialista sigue siendo el espionaje y represión al pueblo, un interés común de los imperialismos y las clases dominantes locales. Esto evidencian también el Proyecto X y la Gendarmería, muy eficiente para desalojar la Panamericana, aunque poco preocupada en combatir el narcotráfico.
Es por esto que la Side o la AFI, el Proyecto X, el Ejército y todo el espionaje de este Estado parecen inútiles para encontrar a Julio López o Luciano Arruga, para desentrañar los verdaderos responsables de los atentados a la AMIA y la embajada de Israel, para combatir el narcotráfico y para capturar a los más de 70 represores prófugos de la Justicia.
Represores prófugos
En uno de los casos de represores prófugos, ha salido a luz en 2013 la colaboración de la Marina para que el capitán de navío Jorge Raúl Vildoza (comandante de la Unidad de Tareas 3.3.2 de la ESMA) pudiera escapar, facilitando documentos falsificados y dinero. En otra escandalosa muestra, el ex mayor Jorge Antonio Olivera se fugó del Hospital Militar Cosme Argerich días después de su sentencia a cadena perpetua el 4 de julio de 2013. Evidencias de que el Estado de la dictadura sigue operando.
Algunos hablan de Criptoestado, otros de Estado dentro del Estado. Pero en verdad: así es este Estado. Por eso lo combatimos y exigimos juicio y castigo a todos los responsables del genocidio.
Ayer y hoy
Las causas siguen siendo en su inmensa mayoría fragmentadas y parcializadas. Así nos encaminamos a que la gran mayoría de los represores sigan el resto de sus vidas sin ser juzgados. Esto no parece preocuparle al Gobierno, sino que incluso ha decidido pagar un alto costo por defender a Milani a pesar de todo.
Lo que ocurre es que los juicios de esta manera al Gobierno le sirven para reacomodar a sus delfines en las Fuerzas Armadas y de seguridad, adaptándolas al cambio de hegemonía que se ha ido operando en las clases dominantes en los últimos 10 años. Ya nos son las “relaciones carnales” con EEUU, ni los acuerdos comerciales de granos y carnes con Europa y Rusia, sino las “relaciones normales” con China (por cierto: tan normales como lo fueron con Inglaterra hace un siglo).
Se puede observar, entonces, descarnadamente el caracter reaccionario de este Estado sostenido por los diferentes gobiernos. Este Estado no podrá ser democratizado, sino destruido por la revolución de liberación nacional y social que instaure un Estado de nueva democracia dirigido por los trabajadores y el pueblo.
Por eso, en verdad sólo el pueblo está interesado y lucha por la verdad hasta las últimas consecuencias. Éste es el reclamo que reafirmamos cada 24 de Marzo, al que sumamos el rechazo a la represión y la impunidad de hoy.
(1) Documento del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia del 24 de Marzo de 2014.