Cada 8 de Marzo es un día de lucha y de balance sobre los avances de las mujeres. Venimos de un 2014 en que las luchas, con amplia participación femenina, tiñeron el escenario político. Así fue con la lucha de Lear, de docentes y otras. El 29º Encuentro Nacional de Mujeres, con su masividad y la profundidad de sus debates, fue una muestra de la voluntad de lucha de las mujeres y demostró que queremos ir a fondo.
Este Día Internacional de la Mujer Trabajadora se da en un contexto en que ya arrancó la lucha salarial y la discusión paritaria en varios sectores, por ejemplo entre los y las docentes y estatales. Nuevamente el rol del Gobierno es imponer un tope al aumento salarial. Según el discurso de Cristina Kirchner, ya estaría resuelto el reclamo docente y no habría habido despidos en la industria automotriz. ¿Se olvidó de los despidos en Lear o más bien reafirma su complicidad con ese monopolio yanqui? ¿Y los paros de docentes y estatales en todo el país?
Las mujeres somos protagonistas de estas luchas por aumento salarial, contra la precarización y el trabajo en negro, a la vez que seguimos pidiendo la apertura de jardines en los lugares de trabajos, licencias específicas, entre otros reclamos. Hemos logrando triunfos producto de las luchas. Hemos logrado condenas ejemplares para los femicidas como Eduardo Vázquez, asesino de Wanda Tadei, cárcel común para violadores como Marcelo Girat, militar padre de Rocío. El gobierno ha reglamentado parcialmente la Ley de Trata, lo que venimos exigiendo desde el 2012. Pero hay muchos motivos para seguir en la calle.
Violencia contra las mujeres
La violencia contra las mujeres no se toma vacaciones y los femicidios siguen cobrándose vidas, como la de Paola Acosta en Córdoba, Melina en Buenos Aires y tantas otras. Mientras, el Congreso con mayoría kirchnerista sigue sin destinar presupuesto para la ley de Protección Integral Nº 26.485 que ganamos con la lucha.
Los abusos y violaciones, en muchos casos perpetrados por miembros de las fuerzas de seguridad, cuentan con la protección de esas instituciones. La Justicia termina culpabilizando a la víctima y justificando al violento. Muchos de esos jueces y fiscales son los que se levantaron hoy como defensores de la justicia convocando a la marcha del 18F.
Muertes por abortos clandestinos
El Ministerio de Salud de la Nación publicó las estadísticas vitales correspondientes al año 2013. En ellas se observa un aumento del 50% de las muertes de mujeres a causa de los abortos clandestinos respecto del 2012.
Esto no sorprende, por la deficiencia en la atención hospitalaria de la salud de las mujeres. Cuesta acceder a los métodos anticonceptivos, la educación sexual que es obligatoria por ley se dicta solo en un puñado de escuelas. Estos hechos, junto con la violencia y las violaciones, hacen que siga habiendo una gran cantidad de embarazos no deseados.
Aunque en los casos de violencia y violación el aborto es legal, se lo siguen negando a la mujer que va a solicitarlo, por lo que la mayoría termina recurriendo al circuito clandestino y engrosando la lista de las muertas u hospitalizadas. En este contexto es lamentable que el 4 de noviembre del año pasado los diputados kirchneristas, junto con la oposición, volvieron a cajonear el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto.
Redes de trata y prostitución
Las redes de trata y de prostitución siguen siendo el destino de muchas. Personajes de la SIDE, hoy nombrados en el caso Nisman, ya eran conocidos por sus implicaciones en las redes de trata. En el 2012 Lorena Martins denunció a su padre Raúl Martins, ex agente de la SIDE, por ser el jefe de una red de trata con varios prostíbulos en Argentina y en México. En esta red se destacaba también el “Lauchón” (Pedro Tomás Viale), mano derecha de Stiuso que fue asesinado en un turbio allanamiento por el Grupo Halcón. Según esta denuncia, Martins también habría aportado fondos a la campaña electoral de Mauricio Macri para jefe de gobierno de la Ciudad.
También el escándalo por la muerte de Nisman sacó a la luz el entramado mafioso que salpica al conjunto de las clases dominantes y al Estado. Las mujeres, como parte del movimiento obrero y popular, debemos organizarnos y abrirnos paso de manera independiente de estos sectores en la lucha por nuestros derechos. Porque este Estado de las clases dominantes es responsable de las penurias que tiene que pasar el pueblo y quien sostiene la doble opresión sobre el conjunto de las mujeres.