sábado, 21 de marzo de 2015

Lear: Un revés en la Justicia y un gran debate sobre el balance de la lucha

[Vamos! Nº 47] Contra los despidos y la precarización.  La Sala X resolvió a favor de la empresa en el reclamo de los compañeros que continúan la lucha, ratificando los despidos. Continua la lucha su reincorporación. Se ha abierto también un gran debate alrededor del balance de esta importantísima lucha del movimiento obrero.



Con el fallo de la Sala X de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo favorable a la empresa se abre un momento muy difícil para los compañeros que continúan la lucha por su reincorporación. Ahora se encuentran en peores condiciones que nunca, ya que por lo prolongado de la lucha la mayoría de los compañeros no pudo sostener su situación en el tiempo y agarró la indemnización, y adentro la empresa logró hacer pasar los turnos rotativos, contrató nuevos compañeros y se prepara para dar por terminado el conflicto. Toda nuestra solidaridad para los compañeros que aún continúan en lucha.

Un debate abierto sobre el balance de la lucha


Más de nueve meses lleva ya la lucha de Lear. Arrancó a fines de mayo del 2014, cuando la empresa suspendió a más de 300 compañeros y luego a fin de junio despidió a 240 de ellos. Fueron días sacrificados de acampe en pleno invierno, con bloqueo de portones, marchas al Ministerio, importantes cortes en Capital Federal y cortes de colectora y Panamericana, entre otras muchas medidas de lucha que se impulsaron.

Como remarcamos siempre, este conflicto empezó cuando esta Comisión Interna, recién electa, allá por el año 2011 se negó a firmar un convenio a la baja para los nuevos trabajadores. Este convenio implicaba la creación de una nueva categoría inferior que en los hechos rebajaría el salario de los trabajadores que recién empezaban. Ya tenía la firma de la empresa, la conducción traidora del SMATA y el Ministerio de Trabajo, pero nunca lograron quebrar a esta Comisión Interna para hacerla firmar. Ese es el trasfondo de todas las maniobras que intentaron hacer empresa y sindicato, con el aval del Ministerio de Trabajo, para poder destituir a esta Interna y barrer con los compañeros que la apoyaban. Hubo intentos de despidos y muchas otras jugadas, pero en el 2013 los compañeros fueron reelectos con el 70% de los votos de los trabajadores de la fábrica.

Ya empezaba a sentirse los efectos de la crisis y estas patronales automotrices, que durante años la juntaron con pala, estaban desesperadas por “bajar sus costos de producción”. Primero aumentaron los ritmos de producción. En una encuesta que realizó la Comisión Interna a principios del año pasado, alrededor del 70% de los compañeros sufría alguna enfermedad laboral como tendinitis crónicas. Después empezaron con los retiros voluntarios y finalmente las suspensiones y los despidos abiertos a los 240 compañeros. Todo esto como parte de deshacerse de lo que ellos consideran mano de obra “cara” para contratar a otros trabajadores con el nuevo convenio y de barrer con la Comisión Interna y los trabajadores más combativos para poder hacer pasar su superexplotación.

Luego del receso de verano y habiendo presentado el preventivo de crisis la empresa contrató 60 nuevos operarios e impuso los turnos rotativos, cumpliéndose lo que habían anunciado los mulos de la Verde en un asado organizado por estos traidores del SMATA de Pignanelli (más que representantes de los trabajadores, responsables de Recursos Humanos de la empresa).

Durante estos meses la empresa y el gobierno encontraron grandes obstáculos para sus planes: un gran número de trabajadores que en condiciones muy difíciles encaró una lucha larga logrando importantes triunfos parciales: la reincorporación de 61 compañeros y 4 compañeros de la Comisión Interna. Luego, en una asamblea fraudulenta destituyeron a la CI, pero no pudieron expulsarlos del Sindicato en el Congreso del mismo.

“Uno de las grandes conquistas de nuestra lucha ha sido mostrarle al conjunto de la sociedad el rol de la burocracia sindical aliada a las empresas, en nuestro caso estadounidense. Al mismo tiempo ha quedado al descubierto el rol del gobierno que tanto por parte del Ministerio de Trabajo como en su uso de la Gendarmería y la Policía han actuado en contra de nuestra lucha”, dice una parte de la carta que escribieron los compañeros independientes.

Algunas polémicas


Durante todos estos meses se pusieron sobre la mesa distintas posiciones alrededor de cómo tenía que seguir este conflicto. Varias fuimos las organizaciones sociales y partidos políticos que apoyamos la lucha. Hubo una primer polémica con algunas organizaciones que, dando por terminado el conflicto antes de tiempo, se retiraron del mismo planteando que ya estaba perdido.

Al mismo tiempo, la dirección del conflicto estuvo repartida entre los compañeros del PTS y los compañeros independientes. Y es justo señalar que, lamentablemente, los despedidos no llegaron unidos al desenlace del conflicto ni a la cautelar, principalmente porque los enemigos que se enfrentaron (la empresa imperialista yanqui, el gobierno y los mulos de la Verde del SMATA) son muy poderosos. También porque junto con las dificultades de un conflicto tan duro y largo hubo por parte del PTS una política sectaria y divisionista que trató de subordinar a los compañeros independientes, les retaceó información, aprovechando la ventaja de contar con abogados y mayor acceso a los medios de prensa. Estas y otras actitudes (como los ataques personales) contribuyeron a minar la unidad de los despedidos, produciendo enfrentamientos entre los mismos, que desanimaron a un gran número de compañeros. Si las organizaciones poseemos experiencia en las luchas obreras, ésta tiene que servir para brindar herramientas a los verdaderos protagonistas que son los trabajadores. Sabemos que tanto el gobierno, como el SMATA y la empresa juegan a romper la unidad para que el conflicto termine como ellos quieren.

También se discutió mucho con esa organización el papel frente al gobierno, ya que se sostenía peligrosamente que había “buenos y malos dentro del gobierno”. Así se generaba confusión y división entre los delegados y el resto de los despedidos, que se evidenció en si se ubicaba el golpe en el secretario de Seguridad, Sergio Berni, “salvando” al Ministerio de Trabajo. Esto quedó demostrado en su eterna negativa y boicot a movilizarse al Ministerio de Trabajo. Desde ya que había que repudiar el despliegue represivo y la propia represión. En este sentido, hubo un triunfo que fue la expulsión del secretario de Seguridad de la ruta y el despido del jefe del operativo. Pero, si de conflictos laborales se trata, el Ministerio de Trabajo juega el rol principal y se demostró que ese rol fue a favor de la patronal y no de los trabajadores cuando avalaron las asambleas ilegítimas que se hicieron para destituir a la CI o últimamente cuando acataron sin chistar el fallo de la Sala X.

El mismo debate se abrió cuando se presentó la posibilidad de aprovechar la contradicción del gobierno con los fondos buitres yanquis. Tuvieron una posición que perdió la independencia, subordinando algunas medidas de lucha a los pedidos del gobierno y abriendo expectativas de que este iba a resolver el conflicto a favor de los trabajadores por iniciativa propia. En vez de aprovechar esa contradicción para aislar al monopolio yanqui, y exigir al gobierno, presionando al Ministerio de Trabajo, medidas en favor de los trabajadores.

Los compañeros independientes tienen la virtud de ser muy queridos por sus compañeros por haber demostrado una larga conducta de lucha, por siempre estar preocupados por lo que piensa la mayoría de los trabajadores de la fábrica, por ser buenos compañeros y estar siempre al frente sean o no delegados. De hecho ellos fueron el factor principal de unidad dentro de la fábrica y también fuera de ella cuando la lucha era protagonizada por más de 150 laburantes despedidos. En el inicio del conflicto, mientras la mayoría de los despedidos no había arreglado, era claro que la inmensa mayoría de ellos se referenciaba en este conjunto de activistas independientes. Con el avance del conflicto, la reincorporación de unos, la aceptación de la indemnización por parte de otros y sobre todo la división sembrada por la empresa entre los “de afuera” y los “de adentro”, esto se fue haciendo más parejo dando lugar a algunas maniobras por parte de los compañeros del PTS, que en nombre de ser la organización que más aporto al fondo de lucha o que más militantes movilizó, impuso muchas veces medidas que no habían sido aprobadas por las asambleas de despedidos y boicotearon otras que sí se habían aprobado.

Nosotros, siendo una organización pequeña aún, venimos acompañando a los trabajadores de Lear desde hace ya más de dos años. En muchas ocasiones hemos conversado con los compañeros independientes sobre la importancia de constituirse como agrupación, de poder organizarse y desde ahí tener una política unitaria de todos los sectores luchadores y combativos frente a la empresa y sus empleados, los traidores de la Verde. Tampoco acordamos con el punto de vista de que ser independiente sea mejor que pertenecer a una organización, pero entendemos que son debates que están en muchos trabajadores y de ninguna manera ponemos el punto de división allí. Es un gran debate de masas que hay que darlo precisamente con línea de masas. La actitud de los compañeros del PTS en lugar de ayudar a avanzar a zanjar estos debates los profundizan con el maltrato al que sometieron a todos aquellos que no pensaban como ellos, dándoles un trato casi de enemigos.

Más allá de que estos compañeros no hayan podido llegar al final del conflicto, como seguramente ellos mismos hubieran deseado tanto, para nosotros han aportado mucho y tienen mucho que aportar a la lucha de la clase obrera en nuestro país. Y seguramente en los lugares a donde todos estos compañeros de Lear entren a trabajar prenderá la semilla de esta histórica lucha. Porque la lucha de la clase obrera tiene mucho de esto que decía Mao Tse Tung: “Luchar, fracasar, volver a luchar, fracasar de nuevo, volver otra vez a la luchar, y así hasta la victoria: ésta es la lógica del pueblo…”
Corresponsal