martes, 26 de mayo de 2015

El puño militar ruso y los alineamientos en el escenario internacional

[Vamos! Nº52]  Desfile en Moscú por los 70 años de la victoria sobre el nazismo. Gigantesca exhibición del poderío militar ruso. Putin y el chino Xi Jinping consolidan su alianza en la disputa frente al imperialismo yanqui.



El viernes 8 de mayo el presidente ruso Vladimir Putin presidió en la Plaza Roja de Moscú un imponente desfile militar por el 70º aniversario de la victoria sobre Hitler y la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Ante el Kremlin desfilaron cerca de 16.000 soldados. Putin hizo también exhibición del armamento más moderno de las fuerzas armadas rusas como el tanque T-14 Armata, los misiles balísticos RS-24 Yars capaces de llevar tres cabezas nucleares, y los misiles antiaéreos Pantsir. Más de 140 aviones sobrevolaron el acto en Moscú. Participaron, además, unidades militares de Crimea –anexionada por Rusia hace un año–, y contingentes de Armenia, Azerbaiyán, Kazajstán, Serbia, Bielorrusia y Mongolia. Unidades del ejército de China desfilaron por primera vez en la Plaza Roja.
Y en el este de Ucrania, los líderes de las provincias prorrusas rebeladas para separarse de Ucrania y anexarse a Rusia celebraron el sábado 9 su propio desfile en sintonía con Moscú.
En suma, aun en la Rusia golpeada por la crisis económica, el fuerte despliegue político-militar muestra la vigencia de Rusia como potencia militar y reafirma que Putin está dispuesto a seguir militarizando el país y a resistir.

Alineamientos
La mayoría de los jefes imperialistas de EEUU y de la Unión Europea boicotearon la celebración en protesta por la política del Kremlin en Ucrania y por la anexión en 2014 de la estratégica península de Crimea sobre el Mar Negro. Algunos países miembros de la UE fueron representados por sus embajadores. La canciller alemana Merkel y el secretario de Estado yanqui Kerry estuvieron presentes en Moscú para homenajear a los caídos, pero no asistieron al acto de Putin. Así se propusieron proteger el frágil acuerdo de paz en el este de Ucrania, a la vez que acentuar el aislamiento de Moscú y el del propio presidente ruso.
De todos modos, Putin presidió el desfile junto al presidente chino Xi Jinping, convertido en la “estrella” del acto. El día anterior, en Moscú, los dos jefes de Estado firmaron más de 30 acuerdos bilaterales sobre energía, transporte, finanzas y otros rubros. En los últimos años Moscú y Pekín vienen conformando una amplia “asociación estratégica integral” –es decir en lo económico, político y militar–, al tiempo que el imperialismo yanqui se une a las potencias europeas en las sanciones a Rusia por su ofensiva sobre Ucrania.
En la conmemoración estuvieron presentes –entre otros– los presidentes de Kazajstán, Nursultán Nazarbáyev, de Vietnam, Truong Tan Sang, y de Sudáfrica, Jakob Zuma; el cubano Raúl Castro, el venezolano Nicolás Maduro; los primeros ministros de Grecia, Alexis Tsipras, y de la India, Narendra Modi; y el jefe de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.
En Kiev, Petro Poroshenko, presidente de la Ucrania dividida por las fuerzas prorrusas, conmemoró también el aniversario del fin de la Segunda Guerra, sin mencionar la infame colaboración que buena parte de la burguesía ucraniana tuvo durante la invasión con los ocupantes alemanes y para sabotear la contraofensiva de la Rusia soviética. Poroshenko destinó su discurso a criticar el expansionismo de Putin, la agresión rusa en el oriente de Ucrania y la anexión de la península de Crimea.
Y en Polonia, el presidente ultraconservador Komorowski volvió a subrayar las tensiones entre Varsovia y Moscú llevando a cabo también una conmemoración paralela en los astilleros de Gdansk, la ciudad del norte donde en los ’80 con el sindicato independiente “Solidaridad” nació en el Este europeo la gran oleada de resistencia al socialimperialismo ruso que en el ’89 desembocó en la “caída” del Muro de Berlín. Hoy la dirigencia polaca es una abierta aliada de la Alemania imperialista de Ángela Merkel. En Polonia se habla sin tapujos de la posibilidad de un ataque militar ruso, el gobierno compra armas en Estados Unidos y en Europa, y casi un centenar de grupos paramilitares se entrenan en los bosques del país.
Las alianzas se van conformando en bloques y, paso a paso y región por región, la competencia hegemónica de las grandes potencias sube la temperatura de la situación mundial. En la misma semana de la celebración en Moscú, las fuerzas navales de Rusia y China llevaron a cabo ejercicios militares conjuntos en el Mediterráneo.