sábado, 13 de febrero de 2016

Grecia: tercera huelga general

[Exclusivo Internet]  El pueblo griego volvió a repudiar en las calles de Atenas y en la histórica plaza Syntagma frente al Parlamento las políticas de ajuste y proimperialistas que el gobierno de Alexis Tsipras y la coalición Syriza acordaron el año pasado con la Troika del FMI, la Unión Europea (UE) y el Banco Central Europeo (BCE).


El pueblo griego gana otra vez las calles
Convocada por el sindicato de los estatales (GSEE) y el de los privados (ADEDY), además de otras organizaciones sociales como la Confederación Helénica de Profesionales, Artesanos y Comerciantes y la Confederación Nacional de Comercio y Empresas, el jueves 4 de febrero se realizó la tercera huelga general en apenas tres meses. Atenas fue escenario de violentos incidentes con choques entre manifestantes y policías. En este caso el blanco fue la nueva “reforma” de la ley de pensiones y la suba de impuestos.
Una gran manifestación recorrió el centro de Atenas y otras ciudades. Grupos de manifestantes lanzaron a la policía bombas molotov, en respuesta a los gases lacrimógenos y bombas de estruendo. La marcha fue la más multitudinaria de los últimos años, con unos cien mil participantes. Volvió a evidenciarse el repudio popular a la traición de Tsipras y de Syriza, con miles de voces coreando “¡Los votamos para salvarnos, no para que acaben con nosotros!”.
Pararon y marcharon agricultores, comerciantes, marinos mercantes, jubilados, trabajadores estatales, profesores, ingenieros, periodistas, médicos de los hospitales públicos, los del subte y del tranvía de Atenas, de los trenes interurbanos y las principales compañías aéreas. Los abogados y la Federación de Marineros pararon 48 horas.
Los agricultores marcharon en varias ciudades, como Tesalónica; levantaron los cortes de rutas que mantienen desde hace dos semanas para facilitar la participación en las manifestaciones; y luego organizaron bloqueos de 24 horas en rutas, aeropuertos, puertos y aduanas.

Descargan la crisis sobre el pueblo
De modo similar al plan liberal que conocimos en la Argentina con el menemismo, la reforma de las pensiones de Tsipras consiste en subir la edad de jubilación hasta los 67 años, recortar casi el 35% el ingreso de los nuevos jubilados y aumentar los descuentos en los salarios para la Seguridad Social.
En esto el gobierno de Syriza no hace más que continuar y profundizar la política antipopular de los anteriores gobiernos conservadores y socialdemócratas: desde 2010 las pensiones fueron recortadas 11 veces, con una pérdida del 40% de su valor.
Desde ese mismo año, el FMI, la Comisión Europea el órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE) y el BCE le prometieron al gobierno de Grecia fondos de rescate por unos 270.000 millones de dólares. Eso sí, a cambio de tremendos ajustazos y de políticas entreguistas a través de las cuales la crisis generada por los grandes monopolios, fondos inversores y gobiernos imperialistas se la hacen pagar al pueblo. Según un estudio de la asociación de pymes griegas, las pensiones son la fuente principal de ingresos para casi el 52% de los hogares.
No por nada la gran jornada de manifestaciones se llevó a cabo el mismo día de la “visita” de los representantes de la Troika imperialista, llegados para revisar si Grecia ‒es decir el gobierno de Tsipras‒ cumple con lo pactado. De la evaluación de la Troika depende el desembolso de un nuevo tramo del rescate por 86.000 millones de euros acordado el año pasado, el tercero que recibió Grecia desde 2010.
Las dirigencias imperialistas exigen más y más medidas en garantía para que Grecia continúe siendo lo que ellos llaman “un país confiable”. Para este año la Troika exige que el Presupuesto sea recortado en un 1% (1.800 millones de euros). Encima, el FMI considera que el proyecto presentado por Atenas no es suficiente y reclama una rebaja del 15%, ya no de las pensiones futuras sino de las actuales.
Con sus concesiones antipatrióticas y antipopulares al FMI y a las instituciones europeas, Tsipras pretende “mejorar” las condiciones para su negociación con los acreedores por una deuda contraída a espaldas del pueblo griego por más de 300.000 millones de euros. Paga y paga una deuda ilegítima y fraudulenta para… seguir pidiendo prestado.