martes, 16 de febrero de 2016

Haití: una revolución profunda

[Vamos! Nº 68]  .Historia: Las revoluciones de independencia en América.









Este año se cumplirán 200 años de la Declaración de Independencia del 9 de Julio de 1816 en el Río de la Plata. Con este motivo, realizaremos en el Vamos! un recorrido por distintos procesos revolucionarios que en Latinoamérica sellaron el fin del colonialismo europeo.

La revolución en la colonia francesa de Saint Domingue, rebautizada Haití tras el triunfo de la independencia, tiene una importancia particular. Durante mucho tiempo “olvidada” por la historia, fue la primera independencia latinoamericana. Pero además una de las revoluciones más profundas, ya que terminó siendo dirigida por el sector social más oprimido y explotado de la colonia: los esclavos negros. Así se consiguió la independencia y a su vez se realizaron transformaciones sociales fundamentales, empezando por la abolición de la esclavitud.

Saint Domingue

La isla de Ayití (como la llamaban sus habitantes originarios) fue la primera en ser conquistada por Cristóbal Colón y los españoles en 1492. Estos la llamaron Santo Domingo, sometieron y aniquilaron a alrededor de 2 millones de indígenas e instalaron las primeras plantaciones de azúcar con esclavos traídos de África.

En 1697 Francia ocupó la isla, consiguiendo quedarse con la parte oriental, a la que denominó Saint Domingue. La nueva metrópoli llevó a su máximo extremo el sistema de plantaciones, haciendo de ésta la colonia más rica del mundo.

El sector social más poderoso eran los franceses y colonos blancos, que controlaban los principales cargos y negocios, y se dividían a su vez en “grandes” y “pequeños” blancos. Un segundo estrato estaba conformado por los mulatos y negros libres, algunos de los cuales habían obtenido grandes riquezas, pero discriminados racialmente por los blancos. Por último, el grupo social más oprimido eran los esclavos negros, unos quinientos mil a fines del siglo 18, que constituían el 85% de la población y vivían en condiciones infrahumanas.

El estallido revolucionario

La revolución haitiana comenzó y desarrolló en íntima vinculación con la Revolución Francesa iniciada en 1789. Ante ésta, todos los grupos sociales de la colonia jugaron sus cartas. Los grandes blancos querían independizarse de la Francia revolucionaria para conservar sus privilegios; los mestizos pretendían lograr la igualdad racial; pero la clave de la revolución fue cuando se pusieron de pie los esclavos negros, cuya reivindicación fundamental era la libertad. Dirigidos por Toussaint Loverture, un esclavo administrador de una plantación, realizaron un levantamiento con un fuerte contenido racial y antiesclavista: incendiaron más de mil plantaciones y mataron igual cantidad de blancos, tras lo cual fueron brutalmente reprimidos.

Ante la negativa de Francia a abolir la esclavitud, Toussaint realizó una alianza transitoria con los españoles. Pero en 1794 el gobierno de los jacobinos en Francia finalmente sancionó la abolición y los esclavos se unen a estos, derrotando a los grandes blancos y a las demás potencias y quedando Toussaint como gobernador de la colonia sin esclavitud.

Pero los acontecimientos en Francia generarían un nuevo viraje: la caída de los jacobinos y su reemplazo por el Directorio llevó a un intento de restablecer la esclavitud en la isla apoyados en los mulatos ricos. El reinicio de la guerra le dará nuevamente el triunfo a los negros, que expulsaron a miles de mulatos ricos y además reunifican la isla conquistando la parte occidental de manos de España.

El último episodio de la guerra revolucionaria se dará ante un nuevo intento de Francia, ahora con Napoleón, de reconquistar la isla y reimponer la esclavitud en 1801, que le costará la vida a Toussaint. Finalmente, una alianza entre los negros dirigidos por Dessalines y los mulatos con Petión logrará derrotar definitivamente a los franceses y declarar en 1803 la independencia.

En 1805 el nuevo Estado negro sancionó una Constitución. En su primer artículo declaraba a Haití “Estado libre, soberano e independiente”; en el segundo proclamaba que “la esclavitud es abolida para siempre”; el tercero sancionaba la igualdad de todos los ciudadanos.

Una revolución anticolonial y social

El triunfo de la revolución haitiana tuvo un fuerte impacto en las colonias hispanoamericanas. Por un lado dio impulso a quienes pretendían conquistar la independencia y transformar la sociedad colonial. Pero también asustó a los españoles y criollos que temían que en medio de una revolución las masas más oprimidas pudieran levantarse y acabar también con sus privilegios.

La organización y lucha independiente de los esclavos negros, desde lo cual fueron realizando sucesivas alianzas, fue la garantía del triunfo y la profundidad de la revolución. Así, ésta pudo culminar no sólo con la independencia sino con una serie de transformaciones sociales imprescindibles, eliminando la esclavitud y la discriminación racial.

Pero las prominentes perspectivas de Haití se verían prontamente truncadas. Durante el siglo 19 las propias contradicciones sociales y políticas al interior de la nueva república, sumado a la intervención de las potencias europeas y EEUU, llevarían a nuevas divisiones de la isla, a la consolidación de un nuevo grupo social dominante de terratenientes, comerciantes y burguesía, y a la pobreza del país y la dependencia económica y política del imperialismo norteamericano.