martes, 16 de febrero de 2016

La cultura Lopérfido

[Vamos! Nº 68] 



“No tengo ningún inconveniente en decirlo: en la Argentina no hubo 30.000 desaparecidos, fue una mentira que se construyó en una mesa para obtener sus subsidios que te daban…”, insistió cañallescamente Darío Lopérfido, ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y director del Teatro Colón. Tampoco tuvo inconveniente en afirmar que “si algún error cometió la dictadura, enorme, fue no hacer un proceso legal [a los detenidos] y hacerlos desaparecer”. El ministro, que es además yerno del dueño del diario La Nación, opinó que en los ’70 “hubo muertos por dos bandas armadas, donde la población estaba en el medio” (omitió mencionar a que “banda” apoyó el diario de su suegro).

Su interés de clase explica su desprecio hacia los desaparecidos y sus familiares. Para argumentar sus “precisiones” se basa en la nómina de víctimas publicadas en el libro “Nunca más” de la CONADEP (1983), que tiene contabilizado algo menos de “apenas” 10 mil casos. Precisamente, desde el prólogo de este libro el alfonsinismo propagandizó esa “teoría de los dos demonios” que explica a la dictadura como una lucha entre dos terrores: el de los grupos armados y el de los militares de la dictadura. Esta teoría niega ni más ni menos el profundo auge obrero y popular que se desató con el Cordobazo de 1969, y que el verdadero objetivo de la dictadura fue aplastar ese auge, desarticulando la gran organización obrera y popular en las fábricas, barrios, facultades, surcos, etc. (y no simplemente algunos grupos armados sin real respaldo popular para imponer un gobierno).

En relación a las cifras, es difícil tener exactitud aunque quien haya participado en la confección de la lista de desaparecidos de un sindicato, una empresa o un centro de estudiantes habrá comprobado la cantidad de desaparecidos que no fueron denunciados ante la CONADEP al momento de ser publicado el libro. Incluso hay quienes plantean que los desaparecidos en realidad pueden llegar a los 45 mil.

Posteriormente el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, aclaró que “el gobierno nacional no comparte los dichos de Darío Lopérfido” porque “discutir el número de desaparecidos no colabora con la unión de los argentinos”. ¡No aclares, que oscurece! Mejor, debieran acceder al reclamo lanzado desde organismos de derechos humanos por la renuncia del ministro de “Cultura”. Para la “unión de los argentinos” también debieran abrir los archivos del Estado y comprobar así los más de cinco mil detenidos-desaparecidos que pasaron por la ESMA y sumar los de los demás 600 centros clandestinos de detención.