El viernes 7 de marzo se realizó la movilización desde Congreso a Plaza de Mayo, convocada por más de 50 organizaciones políticas, sociales, feministas y gremiales. Entre otros puntos, se reclamó por la aprobación del proyecto de ley de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito, contra la reforma reaccionaria del Código Civil, contra el ajuste y por aumento salarial.
Fue una movilización que se caracterizó por su masividad. Fueron miles las mujeres y varones que participaron de esta movilización que ocupó más de una decena de cuadras hasta llegar a la Plaza de Mayo, donde se leyeron todas las consignas de la convocatoria y la lista de las organizaciones convocantes y adherentes. Hace pocos años que las movilizaciones por el 8 de Marzo se realizan de manera unitaria y cada vez son más las organizaciones que se suman a la convocatoria y personas que participan.
Fue una movilización que se caracterizó por su masividad. Fueron miles las mujeres y varones que participaron de esta movilización que ocupó más de una decena de cuadras hasta llegar a la Plaza de Mayo, donde se leyeron todas las consignas de la convocatoria y la lista de las organizaciones convocantes y adherentes. Hace pocos años que las movilizaciones por el 8 de Marzo se realizan de manera unitaria y cada vez son más las organizaciones que se suman a la convocatoria y personas que participan.
Entre las razones de esta masividad, un tema es la comprensión que van tomando amplios sectores del pueblo sobre la responsabilidad del gobierno de Cristina Kirchner en los padecimientos de miles de mujeres, con el ajuste, los topes salariales, la negativa del avance del proyecto de legalización del aborto y las demás concesiones a la jerarquía católica, la falta de presupuesto para combatir la violencia y evitar los femicidios, y la complicidad con las redes de trata y explotación sexual.
Esta marcha constituyó un golpe al kirchnerismo. Pero también a otros sectores de las clases dominantes, que acuerdan en hacerle pagar la crisis a trabajadores y trabajadoras y que también se oponen al conjunto de reivindicaciones que levantó esta marcha. Esto lo demuestra el ocultamiento que hicieron de la marcha los medios hegemónicos como Clarín, Télam o La Nación.
Ahora, el desafío es profundizar las luchas en curso y desatar nuevas, peleando para que miles de compañeras se incorporen a la lucha por los derechos de las mujeres trabajadoras y se organicen en todos los lugares de estudio, de trabajo y en los barrios.