Después de terminar el 2013 con suspensiones y rumores de despidos enfrentados por los trabajadores, la empresa usó el parate de las vacaciones para cranear un plan de retiros “voluntarios” (cuando Ford frena en enero, Lear, proveedor de los mazos de cables, también). Al volver del receso, los trabajadores se encontraron con la “propuesta” de retiros, un filoso alambrado perimetral nuevo y un sistema de cámaras de vigilancia.
Cerca de 160 trabajadores aceptaron la propuesta de la patronal, que llegó a ser de 100% de indemnización más $34.000 y seis meses de obra social. Para muchos la oferta era jugosa, aunque con la inflación esa plata se evapora en poco tiempo.
Planean producir lo mismo con menos gente. Además, acta-acuerdo mediante firmada por la dirección de SMATA años atrás, los trabajadores nuevos que ingresen lo harán con la categoría inferior a la de convenio y, obviamente, sin antigüedad.
Los retiros son otra forma de ajustar sobre la masa salarial, una jugada más para mantener intacta la tasa de ganancia de la empresa.
Ellos se preparan para enfrentar un año duro. Pero los trabajadores de Lear y su comisión interna vienen fogueados de luchas, y también están preparados para que esta vez, la crisis la paguen ellos.