con la consigna “Por un salario para poder vivir”, desde la CTA conducida por Pablo Micheli, convocaron a paro con movilización para el miércoles 5: ATE, Federación Judicial Argentina, Asociación Judicial Bonaerense, CONADU Histórica (docentes universitarios), FESPROSA (profesionales de la salud) y Federación Nacional Docente. En la conferencia de prensa realizada en la sede de ATE Nacional, su Secretario General, Julio Fuentes, señaló que la medida es “en repudio de la situación de inflación, de devaluación, de lo que ha sido esta devastación de nuestro salario” (27/2).
También confluyen en la medida una cantidad importante de gremios docentes, que paran por 72hs hasta el viernes. El Congreso de Delegados CTERA realizado el 24/2 había resuelto también parar por 72hs, aunque su conducción (alineada con Hugo Yasky) lo puso en suspenso. Los docentes fueron uno de los blancos de las críticas de la presidenta en su discurso del 1º de marzo (ver nota aparte).
En esta jornada hacen paro también un número importante de gremios provinciales. En Jujuy, La Pampa y San Juan las intersindicales han contribuido a esta coordinación de medidas de lucha que trascienden la frontera de la pertenencia a una u otra central.
En Jujuy, este año la Intersindical de Trabajadores Estatales sumó a los gremios docente ADEP y judiciales APL. Reúne además a ATE, APUAP, APOC, SIEOM, AJPJ, ASEP y SiJEMPro. Ya se vienen movilizando con marchas y cortes de ruta. Calculan que en Jujuy la canasta básica total para una familia de 5 miembros es de $8.852.
En la provincia de Buenos Aires paran todos los sindicatos del sector público: ATE, SUTEBA, AJB (judiciales), CICOP (profesionales de la salud). Incluso se sumaron a la medida FEGEPPBA (Federación de Gremios Estatales) y UPCN enroladas en la CGT.
Las conducciones de los sindicatos nacionales enrolados en la CGT (tanto las referenciadas en Antonio Caló como en Hugo Moyano) evitan convocar a paro y sostienen una pasividad cómplice al ajuste. Sin embargo, varios de sus sindicatos provinciales participan de la medida, expresando la bronca que crece desde abajo por la devaluación salarial.