Este 13 de mayo se cumplen 39 años de los asesinatos de Ana María Cameira, Herminia Ruiz, David Lesser y Carlos Polari, y el 22 de mayo de Guillermo Guerini.
Quienes comenzamos nuestra militancia en La Plata, aprendimos con orgullo de estos cinco compañeros que entregaron su vida en la lucha por la revolución. Cada año en cada homenaje fuimos aprendiendo que estos compañeros eran de carne y hueso, como cualquiera de nosotros.
Conocimos que Ana María era trabajadora social y laburaba en Villa Montoro, donde aún la recuerdan muchos vecinos, como así también docentes de Trabajo Social. Que Herminia era enfermera en el Hospital San Juan de Dios, donde era delegada y encabezaba la lucha por la salud. Que David era odontólogo y luchaba entre los profesionales, como lo había hecho como estudiante en la facultad. Que Carlitos era trabajador municipal, estudiante de Psicología y que había participado en las listas de oposición en el Sindicato Municipal. Que Guillermo se había recibido de arquitecto y había sido un dirigente estudiantil, con tareas de organización en el sector universitario del PCR, participante activo de los bloqueos en el Frigorífico Swift.
Estos cinco compañeros fueron parte de la lucha activa contra el golpe de Estado que se gestaba en la Argentina luego de la muerte del general Perón en el año 1974. Los primeros cuatros fueron acribillados por la espalda en una pintada; y Guillermo unas semanas después en una esquina de Berisso.
Quienes nos fuimos del PCR seguimos orgullosos el ejemplo comunista de estos compañeros y de la enseñanza de los homenajes año tras año. Pero sobre todas las cosas, creemos que el ejemplo de estos cinco jóvenes comunistas revolucionarios es la templanza que tenemos que tener quienes peleamos por transformar la realidad, por la revolución de liberación nacional y social que abra paso al camino socialista. Allí flamearan junto a otras miles las banderas de los mártires de la lucha revolucionaria.
Corresponsal
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