Hace un tiempo que la línea B funciona con servicio reducido durante la semana y directamente no hay servicio los domingos y feriados. Esta situación se extenderá por un plazo de 10 meses. Según informó recientemente Juan Pablo Piccardo, presidente de SBASE, estas medidas corresponden a la realización de tareas técnicas y operativas para la puesta en funcionamiento de 73 coches usados comprados al Metro de Madrid en julio de 2013, por un monto total de US$38,8 millones (algo más de medio millón de dólares por coche).
Las reformas consisten en la instalación de un nuevo sistema de alimentación eléctrica y el ensanchamiento de los andenes en toda la línea. Sí lector, leyó bien: las “nuevas” formaciones son incompatibles para funcionar en la línea B.
Un análisis de costos permite revelar lo absurdo de esta compra: servicios de reforma y asistencia técnica al Metro de Madrid por US$6,38 millones, instalación de catenaria rígida (para la alimentación eléctrica de los vagones españoles) por US$14,63 millones, transporte puerta a puerta de las 73 unidades por US$4,10 millones (costo que habitualmente es cargo del vendedor). El costo por unidad se eleva así a US$0,88 millones, 67% más que el valor anunciado por el Gobierno de la CABA. Y esto sin considerar el costo del ensanchamiento de andenes y el lucro cesante para SBASE por tener la línea cerrada.
Desde el punto de vista técnico, lo absurdo se hace ya increíble: el sistema de alimentación de catenaria deberá coexistir con el actual de tercer riel, incrementando notoriamente los tiempos y costos de mantenimiento. Además, si se deseara cambiar la totalidad de la flota por estos coches españoles ¡no sería posible! ya que están discontinuados y se fabricaron menos de los necesarios para cubrir las necesidades de la línea B.
En cuanto a los andenes, los túneles de la línea fueron diseñados para trenes de 3,2m de ancho. Las formaciones que circulan actualmente son más angostas, por lo que ya se realizaron tareas de ensanchamiento para cubrir la diferencia entre el vagón y el andén. Los trenes españoles son aun más angostos, 2,76m de ancho, lo que conlleva un nuevo ensanchamiento de los andenes y la modificación de las actuales formaciones, retirándoles unos suplementos laterales. Estos ajustes implican una reducción de la capacidad de pasajeros del 50% respecto de los trenes para los que están diseñados los túneles.
En conclusión: un jugoso negocio para el Metro de Madrid, un alto costo para la CABA, que pagaremos los trabajadores y usuarios con aumentos de tarifa y topes salariales, y una red de subterráneos que resulta un verdadero engendro.
Un poco de lógica
Si comparamos el costo de los trenes usados comprados (más de US$0,88 millones por vagón) con el de trenes nuevos compatibles con los túneles (US$1,31 millones), encontramos una relación de 2/3. Además, los nuevos tendrían mayor capacidad en pasajeros, mayor vida útil, tecnología de punta, se podría renovar toda la flota y sin adaptaciones.
Todo esto es expresión de un país dependiente, importador de tecnología, sin planificación seria y a largo plazo para el transporte, donde los negocios son para los monopolios imperialistas. Semejante a lo que sufrimos cotidianamente con la red ferroviaria. Es necesaria una política de desarrollo nacional sustentable, con una red ferroviaria acorde a nuestras necesidades, con fabricación de subtes y trenes en nuestro país.
Fuente: enelsubte.com