martes, 4 de noviembre de 2014

Las primeras medidas del poder soviético

[Vamos! Nº 40]  A 97 años de la Revolución Rusa. Los soviets pasaron a ser los órganos de poder del nuevo Estado socialista.







En el Vamos! Nº17 abordamos el proceso que se inició en Rusia con la revolución de febrero de 1917 y que desembocó en la insurrección del 25 de octubre (7 de noviembre de nuestro calendario). En medio de una insufrible situación social, tras tres años de iniciada la 1º Guerra Mundial, con un saldo de millones de muertos y un país devastado por la hambruna y la pobreza, cientos de miles de obreros, campesinos y soldados tomaron el futuro por asalto.
La insurrección fue organizada y dirigida por el Partido Bolchevique que decidió la fecha con absoluta precisión. Uno de los elementos principales era la convocatoria para ese mismo día del II Congreso de los Soviets de toda Rusia, en el que se reunirían más de mil delegados de todo el país. Los soviets eran organismos de doble poder basados en la democracia directa de obreros, campesinos y soldados, que se habían formado desde la revolución de febrero. El Congreso inició dando lectura a un mensaje de Lenin en el que se afirmaba que el Gobierno Provisional había sido depuesto y se proclamaba el paso de todo el poder a manos los soviets. Al aprobar el documento, el Congreso refrendó la victoria de la insurrección armada, dando comienzo a la transformación de los soviets en órganos de poder de un nuevo Estado, la dictadura del proletariado.
Al día siguiente el Congreso votó dos resoluciones fundamentales: los decretos sobre la paz y sobre la tierra. El decreto sobre la paz declaraba la decisión de firmar la paz inmediatamente sin anexiones ni indemnizaciones con todos los países que estaban en la Guerra. El decreto sobre la tierra declaraba en su artículo 1º que: “Queda abolida en el acto, sin ninguna indemnización, la propiedad terrateniente”. A través de este decreto se cumplía el anhelo histórico de los campesinos de acceder a la tierra y se daba un paso fundamental para afianzar la alianza obrero-campesina. El Congreso también formó un gabinete permanente que debía responder a los soviets: el Consejo de Comisarios del Pueblo (ministros). Lenin fue electo presidente del Consejo.
En los meses siguientes se avanzó en liquidar los viejos órganos de poder de la burguesía y los terratenientes y en la edificación del nuevo poder proletario. El 14/11 se aprobó el Reglamento sobre el control obrero en la producción. El 23/11 fue publicado el decreto sobre el derecho de revocar a los diputados de los soviets que no justificaban la confianza del pueblo. El 14/12 se promulgó el Decreto de Nacionalización de los Bancos. El 15/1 se formó el Ejército Rojo. La revolución socialista también llevó a cabo otras transformaciones de contenido democrático que la burguesía nunca había realizado, tales como la separación de la Iglesia de la educación o nuevas leyes sobre la familia y el matrimonio. Se proclamó el derecho a la autodeterminación de las naciones oprimidas por el imperio zarista y a partir de la unidad voluntaria de la mayoría de ellas (otras como Finlandia definieron independizarse) se formó la República Soviética Federal Socialista de Rusia, que luego pasaría a ser la URSS.
En marzo de 1918 tras arduas negociaciones se firmó la paz con Alemania. Los imperialistas alemanes impusieron condiciones muy duras al Poder Soviético. Pero la paz dio a las masas y al nuevo Estado una tregua imprescindible y contribuyó al ascenso revolucionario. Sin embargo, la lucha no había terminado. Al poco tiempo las potencias imperialistas se coaligaron contra el primer país socialista, lanzaron una invasión y apoyaron la organización del contrarrevolucionario ejército blanco. Se abría paso a la guerra civil que duraría hasta 1920, con costos inmensos para la clase obrera rusa, pero de la que saldría nuevamente victoriosa. Desarrollaremos este y otros temas en futuras notas del Vamos!.