Tras ser debatido democráticamente en las asambleas de trabajadores, con la reincorporación de cincuenta de los despedidos en la Línea 60 y algunos otros puntos se concretó un acuerdo y los colectivos volvieron a circular normalmente. El acta-acuerdo entre los delegados, el monopolio Dota S.A. y el Ministerio de Trabajo fue firmado el miércoles 5 de agosto. Además de las reincorporaciones, el acuerdo incluye el pago parcial de los días caídos.
Momentos previos a la firma, el delegado Esteban Simonetta manifestó que se lograron “puntos de mínima que se trabajaron acá para poder aceptar a ir a la mesa de conciliación”. Estos puntos son la reincorporación de cincuenta, el reconocimiento de los doce días de permisos gremiales para el Cuerpo de Delegados –que estaba siendo negado por la empresa–, el pago de la deuda de los salarios devengados del Cuerpo de Delegados –que son más de diez meses– y el pago de una suma a cuenta de los días del conflicto. Los trabajadores seguirán insistiendo por los restantes tres despedidos, el resto del salario y con otros veinte puntos que venían planteando.
El delegado evaluó que “acá el único triunfo no es el resultado, sino la lucha propiamente dicha; la unidad de los trabajadores que nos unimos para reivindicar el derecho del compañero que fue mal despedido y de todos los reclamos que estamos haciendo; y el reconocimiento a la actividad gremial del Cuerpo de Delegados”. El triunfo no es “el resultado de esta mediación porque la verdad que no estamos satisfechos porque dónde hay un compañero que está en la calle, despedido injustamente por su actividad, no se puede decir que es un triunfo”.
Interrogado sobre el rol de la jueza Servini de Cubría, respondió que “fue utilizada la Justicia Federal y la Justicia Penal para entrometerse en un conflicto que era netamente gremial y laboral, en donde [la jueza] fue la que le garantizó a la empresa que mantuviera el lock-out y a nosotros sacarnos de nuestro derecho de ejercer la huelga que era el no cobro de boleto”.
Previo a la firma del acuerdo, ya en medio de las negociaciones que se habían abierto tras la represión en Panamericana y 197, los trabajadores debatieron en sus asambleas las propuestas que llegaron desde el Gobierno. Como aún quedaron algunos despedidos (al menos por el momento), el debate fue arduo y la votación salió favorable a aceptar la propuesta por el 60%. Un mandato que fue respetado a rajatabla por los delegados.
Fueron 41 días de lucha, con movilización y el protagonismo de los trabajadores de las tres cabeceras. Sólo así el Ministerio terminó reconociendo al Cuerpo de Delegados, representación real de los trabajadores sin la cual no había solución posible. Se logró también frenar las maniobras de la empresa Dota S.A., que respondió los reclamos con más despidos en un intento de amedrentar a los que se organizan.
Con la unidad, la lucha y la independencia de clase es posible enfrentar el ajuste con el que las patronales y el Gobierno quieren hacer pagar la crisis a los trabajadores y el pueblo. Con la organización democrática de base es posible pasar por encima de las direcciones sindicales traidoras o conciliadoras.