martes, 4 de agosto de 2015

Gran triunfo obrero en Cresta Roja

[Vamos! Nº 57]  Ezeiza y Esteban Echeverría, Provincia de Buenos Aires. Tras más de una semana con paro y cortes de ruta, los trabajadores del monopolio avícola frenaron más de 700 despidos y lograron todos sus reclamos.








“En la fábrica estamos todos muy contentos. Fue un gran triunfo porque obtuvimos todo: la quincena, el aguinaldo, las 9 horas y además sacamos al gerente que desde que está quería echar gente.” Así resumió Gonzalo, trabajador de la Planta II de Cresta Roja, el balance de una lucha que alimenta a todo el movimiento obrero, y que ya se extiende. Tres días después del triunfo, en una de las granjas de Cresta Roja en Cañuelas los trabajadores iniciaron medidas de lucha, con bloqueo de los portones y cortes, en reclamo de salarios y horas extras adeudados y el aguinaldo.

Los trabajadores de las dos plantas de procesado de Cresta Roja están mayoritariamente representados por el Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA), y en cada establecimiento existen comisiones internas. “Nunca estuvimos respaldados ni por el Sindicato ni por la Comisión Interna, siempre estuvimos solamente los laburantes de la empresa, unidos y siguiendo la lucha a morir”, opinó Gonzalo de la Planta II en uno de los piquetes que bloqueaban la entrada de camiones con mercadería. “El Sindicato y los delegados son lo mismo, están arreglados con la empresa”, expresó un grupo de obreros de la Planta I. Salvo algunas excepciones, los delegados de ambas comisiones internas no se pusieron al frente de la lucha e incluso jugaron para que se acepte una negociación que flexibilizaba las condiciones de trabajo, recibiendo el rotundo repudio de los obreros. En estas condiciones, fue el desborde desde las bases y la democracia la que garantizó la lucha y la que llevó al triunfo.

Atraso salarial y despidos
Los problemas se iniciaron a principios de año, cuando la empresa emprendió una serie de maniobras con los salarios: les bicicleteó el bono de fin de año y empezó a pagar la quincena en cuotas. “Acá nosotros desde hace 6 meses empezamos a tener problemas cuando empezamos a cobrar en cuotas. Nos empezó a tocar mal, porque no había pasado nunca, y no nos empezó a gustar nada. Y en vez de ir reduciéndose las cuotas, como dijeron fue al revés, cada vez en más cuotas”, nos comentó Luis, delegado de la Comisión Interna de la Planta II. Así se iniciaron una serie de medidas de lucha, que la empresa respondió sistemáticamente con telegramas de despido.

La empresa argumentó una situación de crisis por las dificultades para exportar. El año pasado solicitó ante el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires un procedimiento preventivo de crisis y sostuvo que arrastra una deuda de casi $2.000 millones. Cresta Roja ya venía cobrando los Repro del Gobierno para cubrir salarios, y exigía nuevos subsidios. En ese marco se lanzó a una “reestructuración productiva”, con el objetivo de despedir al 30% de sus trabajadores, amenazando con que si no se vería obligada a cerrar. “Yo desde que entré acá hace 4 años, la producción de faenar pollo nunca bajó, siempre fue igual y quizá a más velocidad, por eso nosotros no creemos que la empresa esté en crisis”, repetían los trabajadores.

El jueves 16 de julio, la empresa directamente cerró sus puertas y envió alrededor de 700 telegramas de despido “con causa”, que luego irían aumentando, acusando a los trabajadores de violar las anteriores conciliaciones obligatorias. Casi como un chiste, en los telegramas se planteaba: “Que su actitud no solo provoca graves perjuicios a esta Compañía, sino que además pone en riesgo la continuidad de las operaciones, afectando las paz social y provocando además un sufrimiento innecesario y/o la muerte de miles de aves”. Al mismo tiempo, las dos plantas fueron militarizadas, con carros y efectivos de infantería de la Policía Bonaerense adentro para evitar una ocupación.

Respuesta contundente

Ante la situación, los trabajadores de la Planta II resolvieron iniciar las medidas de lucha: bloquear los portones de la fábrica con piquetes para que no pudiera entrar ni salir mercadería y cortar la autopista. Pero además sucedió lo que la empresa siempre había querido evitar: la unidad de las dos plantas. “La empresa siempre intentó dividirnos de la otra planta, nos decían que los de la Planta II eran problemáticos y esas cosas”, comentaba un obrero en el corte de la Planta I, al tiempo que llegaba un grupo de obreros con media res congelada que habían conseguido como donación. Mientras unos cortaban intermitentemente la Autopista Ezeiza-Cañuelas, los obreros de la Planta I cortaban la ruta 205. A partir de ahí el conflicto sería protagonizado conjuntamente por los trabajadores de ambas plantas, haciendo asambleas conjuntas, un fondo de lucha común, y manteniendo los cortes y piquetes a pesar del intenso frío.

La lucha de los obreros de Cresa Roja obligó tanto al Gobierno nacional como al de la Provincia a intervenir apresuradamente, con el objetivo de desactivar un hecho que claramente era un palo en la rueda para la campaña presidencial de Daniel Scioli. Así, el Gobierno llegó a un acuerdo negociado con los Rasic y el Sindicato de la Alimentación (STIA), que consistía en nuevos subsidios millonarios para la alimentación de los pollos y la reincorporación de todos los trabajadores, pero reduciendo la jornada a 7 horas y media y los salarios. “La empresa después te aumenta los ritmos y te hace producir lo mismo que antes hacíamos en 9 horas en 7 y media, ¿y cómo te quedan las manos?”, nos explicaba un trabajador de la Planta I. Pero las maniobras del Gobierno y la empresa chocaron con la fuerte decisión de los trabajadores, que en asamblea conjunta rechazaron la propuesta y decidieron mantener las medidas hasta lograr todos sus reclamos.

La patronal nuevamente insistió con la flexibilización de las condiciones de trabajo, proponiendo que se trabajen 9 horas, pero que 1 hora y media se pague en negro. Con mucha bronca por la provocación empresarial, nuevas asambleas rechazaron la propuesta. En un comunicado de prensa, los trabajadores denunciaron la maniobra: “Esto demuestra su intento de hacer pasar un ajuste, que implicaría que la patronal luego de ser subsidiada millonariamente podría evadir los impuestos por cargas sociales y de esta manera continuar acrecentando sus ganancias a costa de nuestro sudor”.

El viernes 24 una columna de unos 500 trabajadores de ambas plantas, con sus trajes blancos y al grito de “unidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode, se jode”, marcharon a la Municipalidad desde el corte en la ruta 205. La negativa de los funcionarios a recibirlos fue respondida con el corte de las vías del ferrocarril Roca. Así, no solo consiguieron la reunión, sino que lograron que entre una delegación de 50 trabajadores elegidos por las bases. Finalmente se obtuvo la firma del acta-acuerdo, cediendo a todas las demandas de los trabajadores: la reincorporación de todos los despedidos, el pago de la quincena y el aguinaldo que les debían y los días caídos, mantener las 9 horas de trabajo por convenio y el retiro del gerente de Recursos Humanos que instrumentó los despidos. Un triunfo contundente.

Una lucha ejemplar

La lucha de los obreros de Cresta Roja es un ejemplo de que con la unidad, la lucha y la independencia es posible enfrentar el ajuste con el que las patronales y el Gobierno quieren hacer pagar la crisis a los trabajadores y el pueblo. En ese mismo sentido, tras el triunfo, los trabajadores dieron una importante muestra de solidaridad de clase, donando todos los alimentos que tenían para sostener el conflicto a la lucha de la Línea 60.

Esta lucha y este triunfo a su vez muestran que con la organización democrática de base se puede pasar por encima de las direcciones sindicales traidoras o conciliadoras. Ahora, una de las tareas centrales será también avanzar en la recuperación sindical, logrando delegados y comisiones internas en ambas plantas que respondan a los trabajadores, para garantizar el triunfo, prepararse para enfrentar nuevos ataques patronales y lograr nuevas conquistas.


Más de 500 trabajadores marcharon a la Municipalidad el viernes 27 de julio.