[exclusivo web] Fruto de la lucha de los últimos seis meses salió la cautelar a favor de la reinstalación de 28 compañeros despedidos de Lear. Ahora hay que continuar para que la empresa cumpla con el fallo de la Justicia.
Un balance necesario
Después de 200 días sacrificados de acampe, bloqueo de portones, marchas al Ministerio y cortes de colectora y Panamericana, se hace necesario hacer un balance.
Este conflicto empezó cuando esta Comisión Interna recién electa, allá por el año 2011, se negó a firmar un convenio a la baja para los nuevos trabajadores. Este convenio implicaba la creación de una nueva categoría inferior que en los hechos rebajaría el salario de los trabajadores que recién empezaban. Ya tenía la firma de la empresa, la conducción traidora del SMATA y el Ministerio de Trabajo; pero nunca lograron quebrar a esta Comisión Interna para hacerla firmar. Este es el trasfondo de las miles de maniobras que intentaron hacer empresa y Sindicato, con el aval del Ministerio de Trabajo, para poder destituir a esta Interna y barrer con los compañeros que la apoyan. Hubo intentos de despidos y muchas otras jugadas, pero en el 2013 los compañeros fueron reelectos con el 70% de los votos de los trabajadores de la fábrica.
Ya empezaba a sentirse los efectos de la crisis y estas patronales automotrices que durante años la juntaron con pala, estaban desesperadas por “bajar sus costos de producción”. Primero aumentaron los ritmos de producción. En una encuesta que realizó la Comisión Interna a principios de este año, alrededor del 70% de los compañeros sufría alguna enfermedad laboral como tendinitis crónicas. Después empezaron con los retiros voluntarios y finalmente las suspensiones y los despidos abiertos a 240 compañeros.
Todo esto como parte de deshacerse de lo que ellos consideran mano de obra “cara” para contratar a otros trabajadores con el nuevo convenio. También con la intensión de barrer con la Comisión Interna y los trabajadores más combativos para poder hacer pasar la super explotación que quieren imponer. La propia empresa propagandiza –a través de los mulos de la verde del Smata– que piensa contratar cientos de nuevos compañeros. En un asado organizado por estos traidores de la Verde de Pignanelli, ellos mismos anunciaron que el año próximo se vienen los turnos rotativos (más que representantes de los trabajadores, responsables de Recursos Humanos de la empresa).
Pero encontraron grandes obstáculos para sus planes: un gran número de trabajadores que en condiciones muy difíciles encaró una lucha larga logrando importantes triunfos parciales, como la reincorporación de 60 compañeros y de los 5 compañeros de la Comisión Interna. Luego, en una asamblea fraudulenta destituyeron a la Comisión Interna, pero no pudieron expulsarlos del Sindicato en el Congreso del mismo que se realizó el 19/11. Este largo conflicto también desgastó a la patronal que no esperaba una resistencia durante tanto tiempo y por ahora tuvo que postergar la incorporación de nuevos trabajadores con otro convenio. Ahora los trabajadores han conseguido un nuevo triunfo en la lucha con el fallo favorable de la Justicia para la reinstalación de 28 compañeros.
“Uno de las grandes conquistas de nuestra lucha ha sido mostrarle al conjunto de la sociedad el rol de la burocracia sindical aliada a las empresas, en nuestro caso estadounidense. Al mismo tiempo ha quedado al descubierto el rol del Gobierno, que tanto por parte del Ministerio de Trabajo como en su uso de la Gendarmería y la Policía, han actuado en contra de nuestra lucha”, dice una parte de la carta que un grupo de los despedidos de Lear hizo pública recientemente.
Una nueva etapa en la lucha
Con el fallo favorable para la reinstalación de los 28 compañeros se abre una pulseada para que la empresa acate la orden judicial. Esto es una buena noticia para los compañeros de adentro donde la situación es muy difícil. Sigue latiendo dentro de la fábrica la misma contradicción: por un lado la empresa que quiere seguir aumentando la súper explotación a los compañeros, produciendo más, con menos gente, con salarios más bajos que son devorados por la inflación en un santiamén; por el otro cientos de compañeros que quieren un trabajo digno, que no signifique lesiones laborales (como las tendinitis, que hasta les impide a las compañeras alzar a sus propios hijos), con un salario acorde a la canasta familiar. Se avecina también una lucha contra los turnos rotativos, si la empresa mantiene la idea de aplicarlos.