[Vamos! Nº38] Multitudinarias manifestaciones en la ex colonia británica.
Un gigantesco movimiento de estudiantes y población en general sacude a Hong Kong, la ex colonia británica y poderoso centro financiero mundial que el imperialismo inglés debió devolver al gobierno chino en 1997 y que tiene desde entonces un relativo grado de autonomía.
Los manifestantes, nucleados tras el movimiento Occupy Central y la federación estudiantil, exigen la renuncia del jefe de gobierno de la ciudad —a quien consideran un títere del gobierno central—, y la elección libre del nuevo jefe de gobierno (que hasta ahora se vota entre un puñado de candidatos impuestos o autorizados desde Beijing). Los reclamos democráticos son muy limitados, pero el régimen chino vigente desde la restauración capitalista de fines de los ’70 y devenido hoy en gran poder imperialista mundial los percibe como una verdadera amenaza.
Durante diez días verdaderas multitudes protagonizaron marchas y tomaron el centro administrativo y financiero de la ciudad. El viernes 3, grupos de matones armados, organizados por el gobierno de la ciudad, atacaron violentamente a los manifestantes en el barrio comercial de Causeway Bay para desmontar las barricadas y el acampe callejero.
El imperialismo chino, embarcado en una decisiva campaña para fortalecer su aparato estatal y la cohesión nacional con vistas a la intensificación de la disputa hegemónica con los Estados Unidos y otras potencias imperialistas, no puede soportar ni siquiera los estrechos márgenes de la democracia liberal y burguesa, y podría desencadenar una dura represión. Vuelven los recuerdos de la sangrienta represión en la plaza de Tienanmen en junio de 1989, que provocó cientos de muertos.