Una “novedad” del 29º Encuentro fue el Taller Nº 61: “Mujeres e Instituciones de Seguridad”. Un taller para que las mujeres policías y gendarmes puedan debatir sobre cómo son discriminadas dentro de sus fuerzas. La Comisión Organizadora proponía debatir problemáticas tales como “Los cargos jerárquicos y dificultades de ascenso” o “Las mujeres y la seguridad democrática” (sic).
El pequeño detalle, negado por la Comisión Organizadora, es el carácter represivo de estas “Instituciones de Seguridad”. Nos referimos a fuerzas dedicadas a la infiltración y la represión de los movimientos populares, entre ellos el propio movimiento de mujeres. Es decir, en el taller las mujeres miembros de las fuerzas represivas podrían debatir cómo lograr una igualdad de género en su función represiva contra el pueblo.
Como era de esperar estalló el escándalo. Para colmo, en la misma escuela que se abrió este “novedoso” taller, funcionaron también los talleres de Mujeres Cárceles y Sistema Penitenciario y Mujeres Trans, quienes organizaron un escrache que terminó echando a las policías.
Toda organización revolucionaria debe darse un trabajo dentro de las fuerzas represivas del Estado, para fracturarlas y que los trabajadores y el pueblo podamos entonces conquistar el poder. Pero, por el contrario, este taller propuesto por la Comisión va en el sentido de avalar a estas instituciones como si no estuvieran enfrentadas en forma antagónica e irreconciliable con el pueblo.