Se cumplen 4 años del asesinato Mariano Ferreyra, el 20 de octubre de 2010, perpetrado por la patota sindical de la Unión Ferroviaria (UF) conducida por Pedraza. Ese día los trabajadores tercerizados del ferrocarril Roca realizaban un corte de vías en Barracas, denunciando la precarización laboral y exigiendo su reconocimiento como empleados ferroviarios de planta. En el operativo sindical–empresarial–policial para impedir el corte, Mariano Ferreyra muere baleado en manos de la patota que respondía a la cúpula de la Unión Ferroviaria, actuando en complicidad con funcionarios de la Policía Federal. Mariano era estudiante y militante del Partido Obrero. También sufrieron graves heridas Elsa Rodríguez, Nelson Aguirre y Ariel Benjamín Pintos.
A partir de ese momento, la intensa movilización popular por justicia fue desnudando el entramado de acuerdos y negociados entre el gobierno kirchnerista, las empresas privatizadas y los jerarcas sindicales (responsables además del choque de Once). La lucha obtuvo el pase a planta de miles de tercerizados y conquistó las condenas para José Pedraza –en aquel momento secretario general de la Unión Ferroviaria–, otros implicados de la UF y dos comisarios por garantizar la zona liberada. Si bien no es la justicia necesaria, no es poco si tenemos en cuenta las difíciles condiciones en las que se produjo. Quedó afuera del fallo la responsabilidad de Aníbal Fernández (en ese momento ministro de Seguridad), del ministro Carlos Tomada (que mantuvo un escandaloso diálogo telefónico con Pedraza luego del asesinato) y del Gobierno nacional en general por amparar la tercerización y los negociados de las empresas y el sindicato.
Ahora, esas condenas se encuentran sujetas a la revisión de los jueces de la Cámara de Casación. Las defensas reclaman la absolución de todos los condenados. El Tribunal Oral Nº21 no le permitió a la querella reclamar la pena de prisión perpetua. Mientras tanto, Pedraza maniobra para asegurarse el beneficio de prisión domiciliaria.
Seguimos reclamando perpetua a Pedraza y castigo a todos los culpables, y rechazamos cualquier tentativa de reducción de sus penas. Mariano se ha convertido en un ejemplo de lucha para los jóvenes, los trabajadores y el pueblo.