La autopsia finalmente confirmó lo que sus familiares y las organizaciones sociales y de DDHH venían denunciando: la muerte de Ángel Verón en Chaco fue ocasionada por las heridas causadas por la violencia policial.
El dirigente del MTD No al Desalojo falleció el 19 de octubre en un hospital de Resistencia, tras casi un mes de internación producto de la represión a un corte de ruta en el que 20 familias reclamaban ayuda oficial para la construcción de viviendas. Tanto el gobierno de Capitanich como Aníbal Fernández habían salido apresuradamente a afirmar que la muerte de Verón se había producido por una herida previa, e incluso hicieron trascender la versión de que el propio dirigente se habría tajeado en la herida para culpar a la fuerza policial.
A la autopsia se suma el testimonio del médico de guardia que atendió a Verón, que afirma que al momento de su ingreso este presentaba una herida abierta, con sus vísceras expuestas, sucio y contaminado con tierra y pastos.
El caso de Verón se suma a otros tres dirigentes populares muertos por represión en los últimos años del gobierno de Capitanich. Producto del fracaso del encubrimiento, este tuvo que realizar algunos cambios cosméticos entre sus funcionarios, separando de sus cargos al Ministro de Gobierno, al Secretario de Seguridad y al Jefe de Policías, lo que está lejos de resolver la acostumbrada práctica de violencia, abusos, torturas e impunidad de la policía chaqueña. La mujer de Verón tuvo que presentar una denuncia por presiones y amenazas policiales contra la vida de sus hijos.
Al cumplirse 10 días el asesinato, organizaciones sociales y políticas, entre ellas la Agrupación Clasista Lcha y Trabajo, se movilizaron a la Casa de la Provincia del Chaco en la CABA.