Los trabajadores de los ferrocarriles franceses salieron a la calle para denunciar la política del Gobierno francés de desmantelamiento del servicio público ferroviario y la pérdida de derechos adquiridos.
Durante la movilización denunciaron que “la reforma significa la muerte del ferrocarril público francés tal como lo hemos conocido en las últimas décadas. Es la puerta abierta a la privatización, a una competencia en la que la seguridad no será la primera de las preocupaciones y todo lo que se busca es rentabilidad”. Y remarcaron que “esta política tiene un impacto directo sobre el empleo, sobre las pensiones. Son siempre los mismos los que tienen que asumir las consecuencias, los trabajadores”.
Entre los manifestantes también estaban los ferroviarios jubilados. Pensionistas preocupados por la puesta en entredicho de derechos adquiridos, por la congelación de sus pensiones, por la pérdida de poder adquisitivo. “Quieren modificar el sistema de pago de las pensiones, que están congeladas desde hace tres años”.
Rechazan la reforma ferroviaria impuesta por el gobierno. Los manifestantes aseguran que el servicio público está siendo desmantelado, que el gobierno autoriza la supresión de líneas, la reducción del número de trenes y el cierre de estaciones, para ahorrar dinero sin importarle las consecuencias sociales.