En una de las zonas donde habitan los más humildes y explotados de la clase obrera en la Capital Federal, con diversos orígenes y nacionalidades, muchos compañeros en su momento abrazamos al PCR y aprendimos a amar la causa revolucionaria.
Lo hicimos en medio de la lucha contra el hambre y por el trabajo digno, en luchas por un pedazo de tierra y un techo donde vivir como la masiva toma del parque Indoamericano, en la lucha contra la violencia de todo tipo que sufren las mujeres en esta sociedad, en la lucha por hospitales y el derecho a la salud del pueblo, en la lucha contra el trabajo esclavo, en la lucha por la solidaridad con el pueblo y el gobierno de Bolivia contra los golpistas pro-imperialistas y terratenientes, en luchas combatientes contra los jerarcas imperialistas o que ocupan el suelo patrio latinoamericano, y en toda lucha donde un trabajador necesitara de la solidaridad por haber sido despedido, perseguido, reprimido o asesinado en cualquier lugar.
Todas esas jornadas, muchas de ellas heroicas, parieron y templaron a muchos militantes en el camino de acumular fuerzas para la revolución.
Tomar conciencia de este proceso de años es lo que hace más profundo el dolor por los cambios producidos en la línea histórica del PCR.
Esa línea, en los últimos 4 años, ha ganado la mayoría dentro de la dirección y áreas vitales del PCR, expresada en la alianza con grupos como El Tejar, el más grande grupo de capitalistas agrarios y terratenientes de la Argentina y una de las mayores corporaciones agrícolas monopolistas sojeras y maiceras del Cono Sur, y el Banco Santander. O en alianzas con expresiones políticas como el macrismo, representantes de sectores opositores de las clases dominantes, enemigos de la clase obrera, el pueblo y de la revolución en la argentina.
Esa línea es producto y generadora de un profundo escepticismo sobre el rol de los trabajadores para dirigir y protagonizar junto al resto del pueblo la lucha por la revolución.
De ese escepticismo a la perdida de independencia de clase hay sólo un pequeño paso. Un paso que sin embargo les garantiza caer en el abismo de las luchas intestinas por la hegemonía en el Estado de las clases dominantes y estar cada vez más lejos de la necesidad de su destrucción revolucionaria.
En nuestra zona fuimos protagonistas en la lucha contra la línea de conciliación de clases, expresada por el secretario zonal del PCR, y el manejo “punteril” en el movimiento de masas como quedó demostrado con la lucha de nuestra Cooperativa Lucha y Trabajo, donde no tuvo ningún tapujo para hacer acuerdos con el macrismo y dejar sin trabajo y sin alimentos a 60 familias de trabajadores.
Por todo esto, con dolor, pero reafirmando nuestro deber revolucionario, nos planteamos la construcción de una gran corriente de masas, retomando las banderas del clasismo antiimperialista de René Salamanca, con centro político-ideológico en el movimiento obrero, que lidere al conjunto del pueblo, que enfrente al kirchnerismo y a los sectores opositores de las clases dominantes en el camino de la revolución de liberación nacional y social en marcha al socialismo y el comunismo. Asimismo, para que estos objetivos se hagan posibles nos planteamos la construcción del Partido de vanguardia de la clase obrera y el pueblo, marxista-leninista-maoísta.
Por todo esto, nos sumamos al Comité de Reconstrucción del Comunismo Revolucionario de la Capital Federal.
Villa Soldati, 16 de Marzo del 2013.