martes, 23 de abril de 2013

Lear-Pacheco tuvo que reincorporar a los despedidos: Un triunfo para los trabajadores

Con la lucha derrotaron la maniobra de la empresa. Los despidos eran un intento de amedrentar a los que se movilizan y de darle un duro golpe a la Comisión Interna: no pudieron. 
En la zona norte del conurbano, ya no quedan dudas de que los delegados de Lear-Pacheco se convirtieron en un estorbo para la automotriz de capitales yanquis. Luego de los despidos de la empresa como represalia, los obreros finalmente ganaron la pulseada: con bloqueos en la entrada de la fábrica, cortes en la Panamericana y movilizaciones al Ministerio de Trabajo, consiguieron no sólo la conciliación obligatoria y que dé marcha atrás con los despidos, sino, también, el pago del bono de 100 horas y los viáticos que reclamaban.

Lear Corporation
La planta está ubicada en la zona norte del Gran Buenos Aires, a pocas cuadras de 197 y Panamericana, en Pachecho. Allí trabajan más de 800 obreros.

Lear abastece a Ford del cableado interno. Factura millones de pesos al mes gracias a los agotadores ritmos de producción a los son sometidos los trabajadores. Como consecuencia, un gran porcentaje de trabajadores sufre de Tendinitis o Túnel Carpiano. La Comisión Interna -que viene de derrotar a la lista Verde del SMATA- viene tomando los reclamos de los compañeros enfrentando a la patronal.

Decididos a salir
Frente a la decisión unilateral de la empresa de no pagar el bono de 100 horas y los viáticos que se otorgaron en todas las automotrices como Ford o Volkswagen, y que años anteriores se daba también en Lear, los obreros cansados dijeron basta. El miércoles 10, en una asamblea de más de 400 laburantes, decidieron arrancar un plan de lucha con trabajo a reglamento.

La respuesta de la empresa y la firmeza de los obreros
El día después de la medida, la empresa despidió a tres compañeros del turno mañana y once del turno tarde, todos miembros de la Comisión Interna. Además, el viernes, directamente, se le negó el acceso a la planta a dos de los despedidos que, como no les había llegado el telegrama a la casa, decidieron saltar el portón y entrar.

Claro que la reacción de la Comisión Interna no tardó en llegar: se puso a la cabeza de la lucha. Organizó una movilización al Ministerio de Trabajo, junto con los despedidos, para exigir la reincorporación.

Con el correr de las horas, los trabajadores decidieron cortar la Panamericana junto a otras comisiones internas, organismos de derechos humanos y estudiantes, para repudiar los despidos de la norteamericana.

Los trabajadores decidieron bloquear los portones. Así lo hicieron después del fin de semana, cuando el lunes realizaron un acampe en la puerta de la fábrica, bloquearon la entrada y decidieron trabajar a reglamento como marca el convenio, de forma estricta, retrasando la producción. La medida siguió hasta el turno tarde, de donde eran la mayoría de los despedidos.

El precio que paga la empresa por desabastecer a Ford es muy alto porque trabaja bajo el sistema “just in time”, es decir que hace el pedido exacto por día. Un acumulamiento de stock diario es perdida y un retraso es multa por cada minuto que Ford frena su producción. Por eso, y gracias a las medidas de lucha que se tomaron, se pudo conseguir una negociación.

En este caso, el Ministerio de Trabajo intervino rápido: otorgó la conciliación obligatoria -que vuelve todo a fojas cero, es decir, como estaba antes del conflicto-. Así se logró la reincorporación de todos los despedidos. Y además, se conquistó el bono de 100 horas y los viáticos que se pedían doblegando a la empresa en la pulseada.

Corresponsal