El 9 de abril se conoció el veredicto a las Hermanas Ailén y Marina Jara, 2 años y un mes de prisión. Si bien salieron libres por el tiempo que llevan detenidas, esta condena sienta un grave precedente, otro más, para que esta Justicia de clase y patriarcal pueda seguir culpando a las víctimas en lugar de los victimarios. Comúnmente se acusa a las mujeres de no oponer resistencia, en este caso se las culpa por defenderse. El abogado defensor ya comunicó que van a continuar la lucha por la absolución apelando la condena.
La Comisión por la libertad de las Hermanas Jara denuncia que no se investigó al agresor (no estuvo ni un día preso), que se desestimaron pruebas fundamentales para el esclarecimiento del caso, y que durante su detención las jóvenes sufrieron la privación del derecho a la atención de su salud y una golpiza por una guardiacarcel.
Las organizaciones políticas, sociales y de mujeres que se movilizaron el día anterior del veredicto, entre ellas la agrupación de mujeres “Insurrectas”, han reafirmado su compromiso por continuar la lucha por la absolución como también contra todas las formas de violencia que sufren las mujeres en esta sociedad, exigiendo al gobierno nacional, los provinciales y municipales, las medidas concretas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género.
Ailén y Marina al día siguiente de salir de la cárcel, dieron junto con su familia y abogados, una conferencia de prensa donde contaron las experiencias de mujeres que conocieron dentro de la cárcel: “Las compañeras contaban que el marido les pegaba y esas cosas las contaban como algo natural (…) Teníamos una compañera acá en la unidad de Mercedes, ella lo había denunciado al marido porque le pegaba, después cuando un día se peleó con el marido él le estaba pegando y le disparó… y por tentativa de homicidio también, con la misma defensora que nosotras le dieron 15 años como si fuera un homicidio y todavía está ahí la mujer, y por más denuncia que hizo nadie le dio importancia”.
También hicieron referencia a la situación de peligro y de indefensión permanente que viven las jóvenes en los barrios “Varias veces nosotras, cuando veníamos de bailar (…) pasaban las tráfic y una vez a una de nuestras amigas que fue la que declaró, la quisieron llevar, entonces empezaron a correr y pidieron si las dejaban pasar de vuelta al baile hasta que cierren así después salían todas juntas, porque siempre que pasaban los coches quieren levantar a las chicas, a nosotras también nos pasó, yo tenía que andar con un ladrillo pero eso no me sirve de nada, porque no vas a comparar la fuerza de un hombre con mi fuerza”.
Finalmente, dijeron que van a participar en la lucha por los derechos de las mujeres: “porque es nuestra meta y es como una necesidad que sentimos, una necesidad de ayudar a las demás, por lo mismo que a nosotras nos han ayudado y nos han hecho ver que se puede, y que no es eterno el encierro…”.
Corresponsal