El 21 de abril pasado se realizó la Primera Marcha de Mujeres Originarias de Argentina. Participaron mujeres representantes de 36 naciones originarias, que fueron acompañadas por miles de personas de distintas organizaciones sociales y políticas.
Comenzó con un acto frente al monumento al genocida Julio Argentino Roca en el centro de la CABA, donde el escritor Osvaldo Bayer remarcó la importancia de sacar el monumento a ese asesino y genocida y reemplazarlo por un monumento a la mujer originaria. También habló Nora Cortiñas, quien destacó la lucha de los pueblos originarios y reclamó que la presidenta CFK reciba a las comunidades originarias.
Luego comenzó la marcha encabezada por Moira Millán, referente mapuche, junto a otras mujeres originarias. El Premio Nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel marchó con un cartel que decía “36 naciones y un solo acuerdo: el buen vivir como derecho”. Detrás se ubicaron cientos de mujeres originarias y miles de mujeres y hombres de diversas organizaciones que acompañaron. Primero se dirigió por Diagonal Sur para bordear la Plaza de Mayo y dirigirse al Congreso, pasando por el acampe que mantienen las comunidades originarias desde hace más de dos meses en 9 de Julio y Avenida de Mayo, donde se evidenció el fuerte apoyo recíproco y la unidad de los pueblos originarios en su lucha por sus reivindicaciones históricas. La principal consigna que sonó fue “la tierra robada será recuperada”.
Al llegar al Congreso unas 200 mujeres originarias ingresaron al mismo y presentaron un anteproyecto de ley para la creación de un Consejo de Mujeres Originarias por el Buen Vivir. Dicho proyecto consta de la creación de un consejo compuesto por dos consejeras de cada pueblo, de acuerdo a su filosofía ancestral, que tenga como objetivo la realización de un proceso de consulta, participación, información y difusión para proponer normativas y políticas que garanticen y efectivicen la reciprocidad y armonía de los pueblos con la naturaleza.
Posteriormente se realizó un acto frente al Congreso donde hablaron varias mujeres originarias denunciando la contaminación de los suelos y el agua, la política extractivista con la megaminería, la sojización y el despojo de sus tierras. Además, se denunció la problemática de la mujer originaria que sufre además de la violencia de género, la violencia institucional, la discriminación y la desatención de la salud. La jornada finalizó con un festival musical donde participaron Bruno Arias, Peteco Carabajal y grupo Arbolito.
Comenzó con un acto frente al monumento al genocida Julio Argentino Roca en el centro de la CABA, donde el escritor Osvaldo Bayer remarcó la importancia de sacar el monumento a ese asesino y genocida y reemplazarlo por un monumento a la mujer originaria. También habló Nora Cortiñas, quien destacó la lucha de los pueblos originarios y reclamó que la presidenta CFK reciba a las comunidades originarias.
Luego comenzó la marcha encabezada por Moira Millán, referente mapuche, junto a otras mujeres originarias. El Premio Nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel marchó con un cartel que decía “36 naciones y un solo acuerdo: el buen vivir como derecho”. Detrás se ubicaron cientos de mujeres originarias y miles de mujeres y hombres de diversas organizaciones que acompañaron. Primero se dirigió por Diagonal Sur para bordear la Plaza de Mayo y dirigirse al Congreso, pasando por el acampe que mantienen las comunidades originarias desde hace más de dos meses en 9 de Julio y Avenida de Mayo, donde se evidenció el fuerte apoyo recíproco y la unidad de los pueblos originarios en su lucha por sus reivindicaciones históricas. La principal consigna que sonó fue “la tierra robada será recuperada”.
Al llegar al Congreso unas 200 mujeres originarias ingresaron al mismo y presentaron un anteproyecto de ley para la creación de un Consejo de Mujeres Originarias por el Buen Vivir. Dicho proyecto consta de la creación de un consejo compuesto por dos consejeras de cada pueblo, de acuerdo a su filosofía ancestral, que tenga como objetivo la realización de un proceso de consulta, participación, información y difusión para proponer normativas y políticas que garanticen y efectivicen la reciprocidad y armonía de los pueblos con la naturaleza.
Posteriormente se realizó un acto frente al Congreso donde hablaron varias mujeres originarias denunciando la contaminación de los suelos y el agua, la política extractivista con la megaminería, la sojización y el despojo de sus tierras. Además, se denunció la problemática de la mujer originaria que sufre además de la violencia de género, la violencia institucional, la discriminación y la desatención de la salud. La jornada finalizó con un festival musical donde participaron Bruno Arias, Peteco Carabajal y grupo Arbolito.