martes, 23 de junio de 2015

A 39 años de la desaparición de Alberto Ledo

[Vamos! Nº 54]  Basta de encubrir a Milani! Familiares junto a organizaciones sociales y referentes del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia reclamaron por la falta de avance en esta causa que involucra al jefe del Ejército.





El 17 de junio pasado se cumplieron 39 años de la desaparición del conscripto Alberto Ledo. En Tucumán su hermana Graciela Ledo presentó un habeas corpus en el Juzgado Federal Nº1 donde el juez a cargo, Daniel Bejas, tiene frenada la causa desde hace meses. La acompañaron representantes del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, quienes realizaron la presentación de un amicus curiae donde exigen “la inmediata citación a indagatoria de César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani y la posterior condena”.

Además, en distintos puntos del país se realizaron presentaciones judiciales para reclamar la celeridad en la investigación sobre la responsabilidad del jefe del Ejército, César Milani, en éste y otros casos de desapariciones durante la dictadura.

Luego se realizó un acto homenaje a Alberto Ledo en la Escuela de Comercio de la localidad de Monteros, donde funcionaba el campamento militar en que Ledo fue visto por última vez. Allí Graciela recordó a su hermano, denunció las permanentes maniobras dilatorias para frenar la investigación y reclamó cárcel para todos los responsables del genocidio.

La causa Ledo

Alberto Ledo desapareció el 17 de junio de 1976, cuando cumplía el servicio militar obligatorio en el Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 de La Rioja, que para esa fecha se encontraba desplegado en la ciudad tucumana de Monteros. Desde entonces su hermana Graciela Ledo y su madre Marcela Brizuela –Madre de Plaza de Mayo de La Rioja– no han parado de luchar por el juicio y castigo a los responsables. El único imputado es Esteban Sanguinetti, superior de Ledo que actualmente se encuentra detenido pero gozando del privilegio de la prisión domiciliaria.

El jefe del Ejército, Milani, también era superior de Ledo y fue el encargado de realizar el sumario y redactar el acta de la supuesta deserción: eufemismo que utilizaba la dictadura para tapar las desapariciones de los conscriptos. El fiscal de la causa, Carlos Brito, solicitó en diciembre su declaración indagatoria pero fue rechazada por el juez Bejas. En febrero fue ratificada la validez del acta que firmó Milani, rechazando el pedido de la defensa de excluir el acta como prueba. Sin embargo, desde entonces la causa se encuentra parada.

Al ser consultada por esta falta de progreso, Graciela Ledo manifestó que “todo esto tiene que ver con una maniobra bien pensada para que el jefe del Ejército no responda por lo que tiene que responder”. Denunció que Milani está ejerciendo presión sobre la Justicia, que “ha hecho desaparecer pruebas y ha ido comprando testigos” para lograr su impunidad. “Detrás de él hay muchísimos militares que han participado del genocidio, entonces garantizándose la impunidad, él va a garantizar la impunidad a todos los demás”, sentenció.

El kirchnerismo y Milani

Son muchas las denuncias contra Milani por su participación en la represión de la dictadura. Sin embargo el Gobierno nacional lo ascendió, lo nombró y lo ratificó como jefe del Ejército. Además, los organismos de derechos humanos afines al Gobierno no denuncian estos crímenes sino que esperan que “la Justicia investigue” (se ve que cuando encubre al jefe del Ejército ya no es la “corpo judicial”). Más vergonzoso aun fue el abrazo de Hebe de Bonafini con Milani, propagandizado como un militar “nac & pop”.

Evidentemente, la política del kirchnerismo no es por juicio y castigo a todos los genocidas, sino que golpea a algunos genocidas para proteger a los suyos. ¡Ningún punto final para Milani! ¡Juicio y castigo a todos los genocidas!

Otras denuncias contra Milani
  • Su responsabilidad en el secuestro y torturas de Ramón Alfredo Olivera y de su padre en la provincia de La Rioja en el año 1977.
  • Su participación en la muerte de los conscriptos Carlos Alberto Fricker, Juan Ángel Toledo Pimentel y Carlos Cajal, y del sargento Alberto, pertenecientes a la misma compañía que Ledo. Fueron ejecutados por oficiales de Inteligencia Militar en mayo de 1976.
  • Su participación en “acciones antiterroristas” en la represión en la provincia de Tucumán en los años 1976-1977 como subalterno del genocida Bussi.
  • Su participación como personal de Inteligencia y posterior blanqueo como parte del Batallón de Inteligencia 601 el 1º de diciembre de 1982.
  • Su participación en el secuestro y torturas del periodista Oscar Schaller en La Rioja, denuncia realizada recientemente.