martes, 23 de junio de 2015

Tras la expropiación, sigue la lucha

[Vamos! Nº 54]  Villa Cordobita, Tandil. Luego de haber conseguido con la organización y movilización de casi 100 familias una ordenanza de expropiación de los terrenos que habitan desde hace más de 20 años, los vecinos de Villa Cordobita siguen la lucha y enfrentan nuevas trabas.



Griselda Altamirano, Tati, de la Agrupación 1º de Octubre.











Los vecinos del barrio Villa Cordobita de Tandil vienen protagonizando una larga lucha. Como explicamos en Vamos! Nº46, este barrio se constituyó con unas cien familias mediante la ocupación en los años ‘90 de las tierras de una empresa que quebró hace más de 50 años, Tandilia SRL. A partir de entonces vienen peleando por la expropiación de los terrenos y su titularidad, para lo que además vienen enfrentando a quienes pretenden negociar con éstas y otras tierras, vinculados a la Intendencia. El propio Juan Pablo Frolik, presidente del Concejo Deliberante e intendente interino, fue denunciado como un “ocupante VIP”, ya que este había ocupado y se había apropiado de un terreno lindante a su casa en el barrio Villa del Parque, una de las zonas más caras de Tandil.

Tras tres meses de movilizaciones del barrio al Concejo Deliberante, presentaciones judiciales y denuncias en los medios de comunicación, se logró un importante triunfo: una ordenanza por la que se expropiarán todos los lotes de la empresa Tandilia SRL que están ocupados, la realización de un censo para identificar a los ocupantes y los trámites para la escrituración. A su vez, se frenó un intento de desalojo a una familia; primero enfrentando cuerpo a cuerpo a la policía provincial y luego legalmente. A partir de ahí, la lucha de los vecinos se concentra en lograr que el Concejo Deliberante avance en estas medidas, para lo cual un paso importante es que el impuesto municipal pase a nombre de quienes tienen la posesión de las tierras.

Nuevas trabas

En conversación con Vamos!, Griselda Altamirano, más conocida como Tati, de la Agrupación 1º de Octubre y referente del barrio, denunció: “Cuando nosotros fuimos a averiguar para empezar a pagar los impuestos, nos dicen que los informes de dominio que habían llegado de La Plata no coincidían con los datos de catastro del Municipio, y que de las 90 familias que habían censado y que correspondían a las tierras de Tandilia, unas 30 familias figuraba que tenían un titular distinto, por lo que no podían habilitar el pago de los impuestos”. De esta manera, una parte de los vecinos podría quedar afuera de la ordenanza de expropiación.

¿Pero por qué se produce esta incongruencia entre registros? “En los Municipios hay formas en las que se cambian dominios en La Plata teniendo un contacto entre los funcionarios corruptos e inescrupulosos, sale su buena plata, pero es moneda corriente”, disparó la referente.

“Nosotros lo que planteamos es que el Municipio adhiera a la Ley de Hábitat, porque de esa manera, sean particulares o no los propietarios de los terrenos, lo que define es que estos estén abandonados”, sostuvo Altamirano. La Ley de Acceso Justo al Hábitat, sancionada en el 2012 y reglamentada en el 2014, contempla la urbanización y regularización dominial con el objetivo de generar suelo urbano para vivienda, y en uno de sus artículos da a la Provincia la facultad de expropiar la tierra ociosa o abandonada durante al menos 5 años.

A diferencia de otros 50 Municipios que sí lo hicieron, todavía el Municipio de Tandil no adhirió a esta Ley: “Una de las razones es que la Municipalidad tiene que garantizar todos los servicios para los territorios que entren en esta Ley, entonces ahí comprometen parte de los fondos económicos”.

Todo el conflicto y los pasos a seguir son discutidos por el conjunto de los vecinos de Villa Cordobita mediante asambleas que se hacen periódicamente cada quince días, o más seguido en momentos de tensión como el actual. “Un funcionamiento de base, democrático, con un voto por vivienda”, detalla Altamirano.

La lucha por la tierra para vivir

La lucha de los vecinos de Villa Cordobita removió un tema central, como lo es la lucha por la apropiación de la tierra urbana: un gran negocio para las clases dominantes. Sobre esto, Altamirano precisó: “Hay muchos intereses en juego, mucha especulación, un terreno acá vale 300.000 pesos el más barato. Acá hay un negocio que se viene dando hace muchísimos años, que empezó incluso con gobiernos anteriores: la lucha de Villa Cordobita dejó al desnudo esto, y la impunidad que tiene el poder, como en el caso de las ocupaciones VIP”.

Y queda claro también el rol del Estado y la relación entre el poder y la corrupción: “Siempre la información se utiliza para unos pocos y en beneficio propio, en vez de gobernar y dar acceso a la tierra en relación a la necesidad de acceso a la vivienda que hay generalizada en la población por el aumento democrático, las familias hacinadas”.

“La ley sigue siendo la misma, la Justicia representa a la clase que nos gobierna. Lo que cambió, y por lo que se consiguió frenar el desalojo, la expropiación, es que se logró la organización, la presión y la movilización popular. Eso es un avance en conciencia en las personas que llevamos adelante esta batalla”, cerró Altamirano.