martes, 27 de octubre de 2015

Ángel Verón: más represión y muerte en Chaco

[Vamos! Nº 63]  Un nuevo crimen del gobierno de Capitanich.









El lunes 19 de octubre falleció Ángel Verón en el Hospital Perrando, de Resistencia, Chaco. Estaba detenido e internado desde el 24 de septiembre, casi un mes en donde a pesar de su grave estado lo mantuvieron esposado a la cama del hospital. Las esposas las pusieron en el mismo brazo en el que tenía tatuada la imagen del Che.

Verón era dirigente del MTD “No al desalojo”. Con 42 años, estaba casado y tenía diez hijos: el mayor de veinte años y el menor de dos. Su militancia en el MTD había empezado en el 2013, cuando la policía lo desalojó con topadoras de la parcela de tierra donde vivió más de 28 años con su mujer, sus padres e hijos, y donde criaba chivos y chanchos. A partir de ahí armó un campamento y un día se lanzó a arriar sus chanchos y sus chivos, flacos y moribundos hasta el microcentro de Resistencia, donde armó un piquete frente a la Casa de Gobierno. Logró así que lo recibiera el mismo Capitanich, que le hizo promesas que nunca se cumplieron. Así se agrupó con otras familias en su misma situación, muchas de las cuales habían sido desalojadas de sus tierras en Barranqueras, denunciando que éstas fueron a la madre del intendente de Puerto Vilelas. En estos dos años Verón había sido detenido unas quince veces.

El 24 de septiembre el MTD “No al Desalojo”, con unas veinte familias, realizó un corte en la Ruta Nacional Nº11 reclamando ayuda oficial para la construcción de viviendas, específicamente la entrega de herramientas y becas para la finalización de viviendas sociales cuya construcción había sido acordada con el gobierno de Capitanich antes de las elecciones.

La policía desalojó la ruta, sin orden judicial y disparando balas de plomo, y a continuación desató una cacería humana. Verón fue detenido y golpeado en el interior de un campo de su propiedad, donde se había refugiado. Alejandra, su esposa, relató: “La policía comenzó a entrar y buscarlos en camioneta, y la gente asustada empezó a correr y refugiarse en el campo. Lo fueron a cazar a Verón, esto fue una cacería de personas. A Verón lo cazaron, le pisaron la panza, le dieron piñas, y le pegaron también por la espalda. Se estaba curando de una operación, pero los golpes de la Policía le abrieron las heridas, le golpearon el intestino en tres partes”. Durante un mes estuvo detenido y agonizando en el Hospital Perrando.

El inefable Aníbal Fernández salió rápidamente a defender al gobierno de Capitanich y el accionar policial, sosteniendo que la muerte de Verón se debió a una herida previa y que “no había tenido nada que ver con la discusión con los hombres de la policía chaqueña”. Al mismo tiempo, la Policía provincial dejaba trascender la absurda versión de que el propio dirigente se habría tajeado en la herida para culpar a la fuerza policial, y armó una causa contra Verón y otros miembros de la organización por atacar a las fuerzas de seguridad.

El abogado de la familia, Marcelino Leiva, responsabilizó de manera directa al gobierno provincial: “El gobierno de Capitanich y su policía lo asesinaron a golpes por reclamar el cumplimiento de promesas electorales en materia de viviendas y trabajo”. No son hechos nuevos en el Chaco de Capitanich. Incluso familiares de Verón denunciaron que el Gobierno dio la orden de tratar de mantenerlo con vida hasta pasadas las elecciones presidenciales. Cuando al velorio de Verón llegó una corona enviada por Capitanich, los presentes la prendieron fuego.

Distintas movilizaciones se vienen realizando por parte de organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, tanto en Chaco como a la Casa de la Provincia en la CABA. Porque es necesario terminar de una vez por todas con la represión y la impunidad que reina en Chaco, que se esclarezca la muerte de Verón y se juzgue a todos los responsables.