martes, 27 de octubre de 2015

Tandil: Un mes y medio de ocupación

[Vamos! Nº 63]  .Tierra y vivienda. Fue apelada la resolución de desalojo y se presentó la recusación del fiscal. Las familias ocupantes dan muestra de su firmeza y dignidad.












La ocupación de tierras en el barrio Villa Cordobita de Tandil ya cumplió un mes y medio. Las 130 familias siguen sosteniendo el reclamo enfrentando el hostigamiento judicial y mediático orquestado desde la Intendencia radical local.

“Ahora estamos en una etapa de apelación”, aclaró Griselda Altamirano en diálogo con Vamos!. Más precisamente, hay dos apelaciones al desalojo parcial resuelto por la jueza Stella Maris Aracil. Por un lado el fiscal Luis Humberto Piotti, ávido de más dureza, apeló para que sea un desalojo completo. Desde otro lugar, la referente de la ocupación, conocida como la Tati, puntualizó: “Nosotros apelamos para demostrar que no hay ningún tipo de delito [de usurpación]”.

Decididos

“Para poder satisfacer la necesidad de vivienda digan nos hemos visto en la obligación de poder avanzar sobre la tierra, una tierra que es acéfala de una empresa que desapareció en el año 60. La ocupación y el ingreso fue público, pacífico, sin ningún acto de clandestinidad. Tenemos derecho a poseer esta tierra, porque no es de Mario Cerviño sino que Cerviño se la estaba quedando para hacer un negocio con funcionarios de acá de Tandil. Un gran negocio inmobiliario”, insistió la Tati.

En efecto, los terrenos quedaron acéfalos y vacantes tras la quiebra de Tandilia SRL en 1960. A sabiendas de esta situación, Cerviño junto al actual presidente de la Legislatura, Juan Pablo Frolik, y otros funcionarios llegaron hasta a falsificar un poder de Tandilia para quedarse con esas tierras. Pero las familias denuncian esta corrupción y reclaman una distribución democrática que satisfaga su derecho a habitar esos lotes. “Es un huequito que nos deja este sistema a los trabajadores que no tenemos capacidad de ahorro, a los trabajadores que nos dejan vulnerado nuestro derecho constitucional de acceder a una vivienda digna.”

“Estamos peleando con la decisión de enfrentar ese desalojo, que deja en evidencia que el sistema judicial no es independiente para nada y que responde al poder político claramente; y acá en esta situación se ve cómo es esa conjunción de poderes que vienen a defender una clase dominante.”

Recusación

Por parte de los ocupantes también ha sido presentada una recusación del fiscal Piotti, solicitando su apartamiento, en base a dos argumentos. Uno de los argumentos es el intento de extorsión a Altamirano en una reunión que mantuvieron. “Me plantea que puede argumentar cuestiones sociales en relación a mi accionar por ayudar a la organización de la ocupación y que eso me llevaría a una atenuación de la pena a la mínima de tres años, y que si no tengo otras causas sería excarcelable. Todo esto respondía si yo voluntariamente me retiraba y persuadía a todo el resto que se fuera”, explica la Tati, quién además de denunciar esta amenaza rechazó haber realizado delito alguno.

El otro argumento, más contundente aun, consiste en la actitud que el fiscal tuvo a sabiendas de que entre los ocupantes se encontraba su empleada doméstica. “Lejos de excusarse voluntariamente, él utilizó esta relación que tenía de trabajo con esta ocupante para sacarle información en relación a las personas que estaban, cómo fue la organización de la ocupación, y demás cuestiones que tendría que haber sido en el marco de una declaración testimonial y no aprovechando esta situación que tenía”, disparó. Ahora se espera la resolución de la jueza.

Preparados

Altamirano explicó que parte de la discusión preparatoria a la ocupación fue saber “a qué poderes nos estábamos por enfrentar”, y agregó que “todas las familias en constante asamblea y discusión tenían el grado de conciencia suficiente para saber que si la Justicia falló en contra de lo que nosotros estábamos haciendo no era porque estábamos cometiendo un delito, sino porque estaba favoreciendo a la clase a la que ella representa”.

Las familias están decididas a enfrentar un posible desalojo. “La estrategia que nos damos es para no llegar a esa instancia”, reconoció. “Pero en el caso de que se dé –continuó–, se siente la adrenalina del hecho de que cuando se llegó acá era para pelear por la tierra y, al mismo tiempo, cuando sentís que te están persiguiendo, que hay actitudes fascistas como publicar el listado de ocupantes y generar una lista negra, para perseguir a las personas que tratan de defender sus derechos”, denunció. Entonces finalizó: “No nos van a quitar el hecho de la dignidad que estamos llevando adelante, el hecho digno de pelear por nuestros derechos”.