miércoles, 16 de diciembre de 2015

Escalada bélica en Siria

[Vamos! Nº 66]  La disputa interimperialista en Medio Oriente.


Avión ruso derribado por la aviación turca.











Los últimos episodios van demostrando que el accionar de las potencias imperialistas y sus aliados en Siria, tras la fachada de su hipócrita “lucha contra terrorismo”, está ligada en realidad a una cada vez más aguda disputa interimperialista. Un nuevo escalón se alcanzó hace pocas semanas, con un choque armado directo entre Turquía, aliado de EE.UU, y Rusia, principal soporte del régimen sirio de Bashar Al Assad.

El 24 de noviembre, la Fuerza Aérea turca derribó un avión de combate ruso SU-24. Las fuerzas armadas rusas enviaron un helicóptero para rescatar a los dos pilotos del avión y aquel también fue atacado, muriendo un soldado ruso en la operación. También falleció uno de los dos pilotos del SU-24.

El gobierno turco alegó que el avión ruso violó su espacio aéreo, cruzando la frontera siria, y que fue atacado tras recibir una decena de advertencias durante cinco minutos. El presidente de Turquía Recep Erdogan afirmó que el ataque no se realizó por “enemistad” a Rusia sino que se hizo uso del “legítimo derecho de proteger sus fronteras”. Erdogan aprovechó para criticar a Rusia por sus incursiones en la zona fronteriza de Siria con Turquía, argumentando que “allí se encuentran nuestros parientes turcómanos, no el Estado Islámico”, dando a entender que Moscú bombardea a otros sectores opositores a Al Assad, no sólo al ISIS. El portavoz estadounidense en Siria, el coronel Steven Warren, legitimó el accionar de sus aliados turcos, avalando la versión de que Turquía lanzó una decena de advertencias al avión ruso antes de derribarlo. La OTAN de todos modos aclaró que se trató de una “operación unilateral del Ejército turco”.

Del otro lado, Vladimir Putin, negó que el avión hubiera cruzado la frontera y acusó a Turquía de “ataque a traición”. El canciller ruso canceló el viaje que tenía previsto a Turquía y Moscú suspendió sus contactos militares con ese país. El canal ruso RT habló de “emboscada” infiriendo que la Fuerza Aérea turca planificó el ataque. Putin también acusó a Turquía de complicidad con el Estado Islámico y medios rusos difundieron supuestas pruebas de compras ilegales de petróleo al ISIS por parte del gobierno de Erdogan.

No obstante, Putin se mostró cuidadoso de no involucrar de manera directa a EEUU en el episodio y dio señales tendientes a buscar acuerdos con los yanquis. Rusia parece querer aprovechar los reacomodamientos que trajeron los ataques terroristas en París. Francia, que venía planteando como condición inamovible la salida del proruso Bashar Al Assad, ahora aceptaría incluir al gobierno sirio en las negociaciones. Igualmente el primer ministro francés Manuel Valls aclaró que “la solución política no puede pasar por Al Assad”.

Finalmente, por si faltaban jugadores en la cancha, China decidió el envío a Siria de su portaaviones “Liaoning” con 1.000 infantes de marina. El buque ancló en la base naval rusa de Tartus, única base de Moscú fuera de las fronteras de la ex URSS, lo que muestra el pacto entre ambas potencias.

Desde hace décadas no sucedía que en un mismo territorio jugaran militarmente todas las potencias imperialistas. Como se ve, lejos de la hipócrita verborragia “antiterrorista”, Siria se ha transformado en un tablero de disputa directa entre las potencias imperialistas y la escalada bélica sigue creciendo. El pueblo sirio es el que sufre las terribles consecuencias.