El 9 de Julio pasado Cristina Fernández de Kirchner encabezó un acto en Tucumán en conmemoración del aniversario de la declaración de Independencia por el Congreso de Tucumán. Allí, en un mensaje que explícitamente intentó utilizar la historia como justificación de sus políticas presentes, sostuvo: “Hoy, compatriotas, podemos venir con la cabeza en alto acá a Tucumán, en nombre de este proyecto a hablar de independencia en serio”. Y afirmó: “este proyecto le ha dado independencia al país”.
En números anteriores del Vamos! hemos fundamentado por qué, lejos de un proyecto de independencia nacional, el kirchnerismo lo que ha hecho es mantener y afirmar nuevas dependencias. Entre los hechos que demuestran esto podemos mencionar la compra de trenes a China, el sostenimiento de una industria automotriz monopolizada por diversos imperialismos, el mantenimiento del eje de la economía en las exportaciones primarias, etc.
Además, la presidenta hizo gala de una supuesta “inclusión en serio”, para “los 40 millones de argentinos”. Cabría preguntar entonces por qué siguen ocultando los datos de la pobreza e indigencia, que el Indec intervenido ha dejado de publicar desde 2013. Pero fue la misma CFK la que expresó la esencia del “proyecto nacional” al afirmar que “no se incluye únicamente a los pobres y a los vulnerables”, sino que “en estos 12 años, hemos logrado una reconstrucción económica y social que ha permitido a nuestros empresarios nacionales, a nuestros comerciantes ganar como nunca lo habían hecho en las últimas décadas”. Sobran las palabras.
En relación al balance histórico, CFK resaltó el rol de Manuel Belgrano, “su preferido”, que presionó a quienes en el Congreso de Tucumán dudaban en declarar la Independencia. Y afirmó que estos últimos “no era que fueran malos o malos patriotas” sino que tenían miedo. Así, soslayó la disputa entre distintos proyectos en el seno de la Revolución de Independencia: algunos consecuentemente independentistas, y otros antiespañoles pero que aspiraban a generar una nueva relación subordinada con Inglaterra u otras potencias. Cualquier semejanza con la actualidad y la política del kirchnerismo, enfrentado con los buitres yanquis pero de lazos con los imperialismos chino y ruso, no es mera coincidencia. Porque el “pragmatismo” del Gobierno se parece más a quienes frente a los españoles se subordinaron a los ingleses, que a la posición de Belgrano y otros patriotas que fueron consecuentes con la Independencia hasta sus últimas consecuencias.
La utilización historiográfica-política del discurso kirchnerista queda de relieve no sólo en lo que dijo, sino especialmente en lo que “olvidó” decir. Como resaltamos en la nota del Vamos! Nº55, al texto original de la declaración de Independencia del 9 de Julio, que proclamaba “una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”, por insistencia de algunos diputados se le hizo posteriormente un agregado fundamental: “y de toda otra dominación extranjera”. Tan pequeño agregado que CFK prefirió olvidar.