[Vamos! Nº55] Correntada presenta Posta, su tercer disco, donde afianzan una identidad que combina el folklore santiagueño con sonidos y temáticas propias de la ciudad.
Hablar de Correntada es, en parte, hablar de una movida cultural. Es hablar de esos cientos de jóvenes que del 2001 en adelante, al calor de lo que sucedía en el país, se fueron acercando al folklore como parte de una búsqueda personal y colectiva de raíces e identidad. Y es hablar también de artistas que, como Raly Barrionuevo o Bruno Arias, plasmaron eso en canciones. En ese marco Correntada desarrolló un camino que los llevó a tocar tanto en peñas como en cortes de calle, insistiendo obstinadamente en que el mensaje tiene movimiento y el movimiento mensaje, y les permitió forjar una identidad propia, folklórica y urbana a la vez, sencilla y llena de matices, que tras diez años de carrera se encuentra consolidada.
“POSTA”, su tercer disco, los encuentra con nuevas canciones propias y releyendo de manera muy personal temas del cancionero tradicional folclórico (La Mishky Mota) como también clásicos del rock argentino (Vientito del Tucumán, de Divididos, o Estaré, de Los Visitantes). Con un oído puesto en la tierra -la que se levanta al bailar en Mistol Pozo, Santiago del Estero, como la que se defiende en Famatina- y otro puesto en el empedrado de la ciudad, reivindicando la raíz afro y aborigen de nuestra chacarera. En síntesis: insertos en este movimiento que crece con fuerza y que entiende al folclore, no como una tradición inerte sino como una manifestación genuina de identidad, de lucha y de encuentro.
Una posta es un lugar en el cual descansar, aprovisionarse y volver a arrancar renovado. Y, también, un término para señalar cuando algo es “auténtico”. Este disco de Correntada soporta ambos sentidos del término y eso de por sí, obliga a su escucha.