El 31 de julio de 2007 morían Rafael Gigli y María Conti en un accidente automovilístico, ambos militantes del Partido Comunista Revolucionario. Rafael, miembro de su Comité Central, estuvo entre sus fundadores. María fue de esa generación a la que el Cordobazo hizo crecer de golpe, mirando hacia un futuro lleno de perspectivas revolucionarias. La enorme pérdida que significó para el comunismo revolucionario se verificó en el truncamiento de las tareas que desarrollaban, y también en el curso de los acontecimientos posteriores dentro del PCR.
La vida unió a Rafael y María en la militancia y la lucha con alegría, en la integridad de sus posturas, en el abrazo de una línea maoísta que les permitió construir, al primero, tanto entre los Chacareros Federados como alumbrar la Unión Campesina del Chaco; y a María, tanto entre las mujeres más oprimidas de La Matanza o las originarias, como en una línea para el movimiento de mujeres de la Argentina, apoyada en los Encuentros Nacionales, de los que fue ferviente impulsora.
María, Rafael: lo que crece, joven y desde abajo, también es parte del pan amasado con su harina. ¡Hasta la victoria siempre, compañeros!