martes, 17 de junio de 2014

Causa Ciccone-Boudou: Escándalo con final abierto

[Vamos! Nº] El Gobierno nacional jaqueado por la causa judicial que desvela al vicepresidente.


El lunes 9/6 Amado Boudou dio su respuesta ante el juez por las acusaciones de corrupción. Luego ratificó sus dichos en una entrevista especial para TN. Pero tan complicada es la situación del vicepresidente que la presidenta Cristina Kirchner sigue sin referirse directamente a la causa judicial. Mantiene una estricta cautela ante el futuro incierto del vice, pero lo sostiene para no condenarlo antes que el juez Ariel Lijo.

No es novedad la corrupción de Estado, que a veces suele salir a luz producto de las “desprolijidades” de sus funcionarios y las disputas en el poder. Clarín y La Nación buscan desgastar al gobierno hacia el recambio en 2015. Pero la particularidad del caso es la crisis política que se puede detonar al tratarse del vicepresidente.

Enredos
Boudou está acusado de negociaciones incompatibles con la función pública, con las cuales habría adquirido la empresa en quiebra Ciccone Calcográfica, mientras era ministro de Economía, a través de la sociedad The Old Fund (TOF), presidida por Alejandro Vanderbroele. Ciccone Calcográfica, que suministraba al Estado la impresión de billetes, pasó a denominarse Compañía de Valores Sudamericana tras ser adquirida por TOF. La investigación judicial se abrió a principios de 2012 y en febrero de ese año tomó notoriedad luego de que la ex esposa de Vanderbroele lo acusara públicamente de testaferro de Boudou. En agosto fue estatizada, en un intento del kirchnerismo para tapar el asunto.

La defensa del vicepresidente consiste básicamente en negar toda relación con Vanderbroele. Incluso afirma que las fotos en las que aparecen juntos están trucadas. Otra cuestión difícil de explicar es el rol de su amigo y socio José María Nuñez Carmona, que habría participado en las negociaciones para el levantamiento de la quiebra y la adquisición de la imprenta Ciccone. Boudou se defendió afirmando que no tiene nada que ver con lo actuado por su amigo.

Sin embargo, apenas 48hs después estos dichos fueron desmentidos por el ex jefe de la AFIP, Rafael Resnick Brenner, quien aseguró que el entonces ministro de Economía envió a Nuñez Carmona –en ese momento jefe de asesores de Boudou– a una reunión para que se conceda un plan de pago a Ciccone. Efectivamente, tras un plan de pagos la quiebra fue levantada y la empresa fue adquirida por TOF.

Tanto enredo, del que en realidad tenemos algunas hilachas, muestra el complejo entramado de negocios y corrupción en el Estado. No es algo ajeno a la familia Kirchner, que tanto beneficiaron al negocio del juego y a su amigo Cristóbal López. Tampoco fue ajeno a los ex presidentes Menem o De la Rúa, absueltos recientemente.

Los “machos del off”
En 2012 el ya vicepresidente Boudou acusó al grupo Boldt, al que vincula con el duhaldismo y el “duhaldismo residual”, de estar detrás de las denuncias porque buscaba quedarse con los negocios de impresión de billetes. Clarín y La Nación insisten con la versión de que habría sido el propio Néstor Kirchner quien le habría encomendado a Boudou la misión de quitarle ese negocio al duhaldismo.

Ahora, tras la indagatoria, Boudou afirmó públicamente que hay funcionarios del Gobierno que “nunca ponen la cara” pero “filtran” información a los medios en “off” (fuera del micrófono). Aparentemente se refería a funcionarios allegados al gobernador Scioli, quién se vió beneficiado al descartarse la postulación presidencial de Boudou debido al escándalo. Apenas horas después el propio Scioli participó –junto a Massa y Binner– en un evento organizado por Héctor Magnetto, CEO de Clarín, que despertó el repudio kirchnerista.

Lo más probable es que todas estas acusaciones cruzadas sean ciertas. Pero una imprenta de billetes no es una empresa cualquiera. Tal es así que varios ex miembros de la Side participan en las defensas y las acusaciones. Un caso es Darío Richarte, ex jefe de la Side durante la presidencia de De la Rúa, proveniente de la Franja Morada, actual vicerrector de la UBA y parte del estudio de abogados que ahora defiende a Boudou.

No se salva ni el Papa
Tampoco el Papa Francisco ha querido quedar sin opinar: recibió al juez Lijo en Roma y le aconsejó “profundizar en sus investigaciones sin temor”. Luego hizo saber que reza por él. Pero no va a ser el juez Lijo quien nos salve de la corrupción. Antes, debería explicar el beneficio de la absolución a Carlos Corach y otros siete acusados en la causa Amia (el pasado martes 10/6).

En realidad la corrupción es intrínseca a todo Estado capitalista. Este flagelo es parte de los problemas que deberá resolver la liberación nacional y social con un Estado de nuevo tipo. Mientras tanto, estas peleas en el poder muestran descarnadamente lo que es este Estado y este Gobierno, hieren la tan mentada credibilidad en las instituciones y abren la posibilidad de una crisis política impredecible.