Patricia vivía en Banfield con su mamá, desde 1972 cursaba la carrera de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y trabajaba en la Junta Nacional de Granos. Sus amigos y compañeros le decían “La Truca”. Inició sus estudios en el período de la Dictadura de Lanusse, como tantos jóvenes de esa época que buscaban en las ciencias humanas la explicación a la convulsionada realidad de esos años, marcados por el Cordobazo, el ejemplo del Che Guevara, la Guerra de Vietnam, el Mayo Francés y la Revolución Cultural China.
Filosofía y Letras funcionaba en el edificio del viejo Clínicas desde que la Dictadura había separado las carreras de Historia, Artes, Filosofía, Antropología y Educación de las de Psicología y Sociología. Pero a pesar de las medidas represivas, en la facultad se había organizado un poderoso movimiento estudiantil, con masivas asambleas y un fuerte cuerpo de delegados por práctico. Así, había obtenido importantes conquistas: echando docentes reaccionarios, imponiendo nuevas cátedras, implementando la evaluación grupal estudiantil-docente en muchas materias, y fundamentalmente el ingreso irrestricto. Patricia era incansable: pasaba por cursos, repartía volantes, pintaba carteles, participaba en las reuniones de delegados, hablaba en las asambleas, marchaba.
En 1973, con el triunfo de Cámpora, la UBA es intervenida, y en Filosofía y Letras Montoneros pasa a dirigir el Centro de Estudiantes (CEFyL). Se desata una gran polémica, porque dejan de impulsar el cuerpo de delegados por práctico, planteando la formación de “mesas de reconstrucción nacional” en donde recibirían las opiniones de los estudiantes y las elevarían al Ministerio.
Luego de la muerte de Perón y con el inicio de los preparativos golpistas la situación en la Universidad se tornó muy compleja. El Gobierno de Isabel designa como Ministro de Educación a Oscar Ivanisevich y como interventor de la UBA a Alberto Ottalagano, que implementó medidas muy reaccionarias. En Filosofía y Letras fue nombrado decano Sánchez Abelenda, un cura fascista que intentaba impedir toda actividad política.
En este marco, Montoneros pasó a la clandestinidad poniendo como blanco al Gobierno Constitucional, lo que le hacía el juego al golpismo, y dejando desarticulado el CEFyL. Patricia, con el FAUDI (que era la segunda fuerza en la facultad), se puso a la cabeza de la reorganización del cuerpo de delegados por práctico, enfrentaron el cierre de la UBA por la intervención de Ottalagano y reclamaron la legalidad de los Centros, al mismo tiempo que denunciaban los preparativos golpistas.
En la madrugada del 17 de junio de 1975 Patricia fue secuestrada y asesinada. Bandas golpistas de la Provincia de Buenos Aires, al mando del Gobernador Victorio Calabró, la fueron a buscar a la casa y no la encontraron. Entonces fueron a lo de su hermano, donde la encontraron y se la llevaron. Más tarde aparecía asesinada, tirada en la calle. La Truca tenía 22 años. Nueve meses después el Golpe de Estado que Patricia había denunciado se consumaba, abriendo uno de los períodos más negros de la historia argentina. Pero el movimiento estudiantil no pudo ser ganado para el Golpe, quedando neutralizado.
El asesinato de Patricia aún permanece impune, al igual que el de tantos militantes populares. Seguimos recordando a quienes cayeron en la lucha por la liberación y exigiendo justicia por todos los asesinados y desaparecidos.