Como la empresa ni siquiera había decretado el preventivo de crisis -necesario para efectuar las suspensiones- lograron que el Ministerio de Trabajo se pronunciase a favor de los trabajadores. Pero, como ya sabemos y ejemplifica muy bien el caso reciente de Gestamp, estas instituciones hacen y deshacen a gusto y a piaccere. No les importa violar la ley cuando es para defender a un monopolio imperialista. Por eso sigue la lucha para garantizar que todos los trabajadores que fueron suspendidos reingresen a la planta sin reducción salarial y sin aumento de los ritmos de trabajo.
Los traidores de siempre
Un párrafo aparte se merecen los jerarcas traidores del SMATA y la UOM y su sequito de delegados vendidos y matones que le hacen permanentemente el trabajo sucio a las empresas y al gobierno.
En la mayoría de las fábricas son los que elaboran las listas negras para suspender y despedir junto con los directivos de cada empresa, amedrentan a cualquiera que intente oponerse a la super-explotación que se da todos los días en las líneas de producción y patotean a los compañeros despedidos que intentan que sus compañeros conozcan su situación.
Frente a la heroica lucha de los compañeros de Gestamp, desplegaron una campaña fascista, haciendo asambleas en todas las fabricas planteando que eran “los zurdos que no quieren conservar la fuente de trabajo” y llegando a hacer votar si se está “a favor de los zurdos o del sindicato”. Una canallada porque acá lo que hay que votar es si se está a favor o en contra de los despidos y las suspensiones, y un plan de lucha para enfrentarlos.
Hay un camino para frenar las suspensiones y los despidos
La lucha de Valeo en Córdoba y la de Gestamp en Escobar lo vienen demostrando. Lear ya mostró que es posible barrer a las direcciones sindicales traidoras y entreguistas. Tanto en Gestamp como en Lear hay delegados combativos que junto con sus compañeros empezaron a ponerle freno a los atropellos de las patronales y avanzaron en la comisión interna.
Por eso hay un particular ensañamiento con ellos. Porque en momentos como éstos tener una Comisión Interna que se plante es decisivo y buscan impedir que se multiplique el ejemplo. Porque si los miles de trabajadores de la industria automotriz nos unimos y nos ponemos de pie con una dirección que no traicione se puede dar vuelta la situación y obligar a las empresas a ganar menos y a dejar de importar lo que se puede producir acá, frenando los despidos y suspensiones.