Un incendio en una mina de lignito (carbón mineral) de la empresa Suma Holding, en Turquía occidental, causó la muerte de más de 300 de los 787 obreros que trabajaban en el pozo en ese momento.
Los trabajadores denunciaron las graves negligencias de la empresa en lo que hace a seguridad, con máscaras de oxígeno rotas y con una sola cámara de supervivencia apta para 500 obreros, pero que estaba inutilizable. A pesar de eso, la empresa había pasado todas las inspecciones de seguridad.
En Turquía mueren en promedio 6,5 mineros por cada millón de toneladas de carbón extraído. Pese al desastre, la mina seguirá explotándose. Luego de la masacre de obreros, se realizaron grandes protestas y movilizaciones en contra de la política del gobierno turco, que este respondió con represión.