martes, 3 de junio de 2014

Ucrania con nuevo presidente

Mientras recrudecen los enfrentamientos armados.


Los enfrentamientos son cada vez más fuertes, aunque Ucrania tiene nuevo presidente. Las elecciones se realizaron el 25 de mayo. La participación electoral habría alcanzado el 55% del padrón, aunque en las provincias separatistas de Donetsk y Lugansk fue escasa. Con más del 50% resultó electo Petro Poroshenko, un magnate bautizado como el “rey del chocolate” que amasó su fortuna vendiendo golosinas y hoy sus empresas abarcan además la fabricación automotriz, astilleros, un canal de televisión y otros negocios. Yulia Timoshenko apenas superó el 10%.

Poroshenko había sido parte del gobierno de Viktor Yanukovich (el presidente prorruso destituido en febrero) y también del anterior. Apenas anunciado su triunfo reafirmó que su prioridad es “concretar la senda europea, el deseo europeo de Ucrania”. Caracterizó que el país “se encuentra en medio de una guerra y una agresión”, insistió en que “Ucrania debe ser un Estado unitario” y llamó a negociar tanto con los separatistas como con Rusia. A la vez se manifestó que se propondrá negociar con EEUU y Europa “para proteger militarmente a Ucrania” cuando asuma el 7 de junio.

Mientras tanto, no pasaron 48hs de los comicios y recrudeció la represión del ejército ucraniano contra los rebeldes en las provincias separatistas del sur con un saldo de al menos 50 muertos más. En respuesta los rebeldes derribaron un helicóptero, muriendo 13 soldados y un general ucranianos.

Por su parte Rusia instó al “cese inmediato de las operación de castigo del ejército” ucraniano, aunque no parece dispuesta a otra invasión como la que había hecho en Crimea. En cambio, tras diez años finalmente tomó un gigantesco acuerdo de exportación de gas a China. Mientras tanto, sigue reclamando a Ucrania una deuda de 3.500 millones de dólares por el gas y amenaza con cortar el suministro, lo que afectaría también al abastecimiento de Europa.

En febrero, una gran movilización popular había echado al presidente prorruso Yanucovich, ante la aparente pasividad de las fuerzas armadas ucranianas. Fue una respuesta a la opresión nacional por parte del imperialismo ruso. Pero el presidente electo Poroshenko propone virar la dependencia rusa hacia occidente: Europa y EEUU. Así Ucrania sigue atrapada en los enredos de la disputa interimperialista y la guerra civil en curso se profundiza. La solución no vendrá de una mayor injerencia rusa; pero tampoco de acuerdos militares con la OTAN como es el consenso predominante de las clases dominantes ucranianas.