martes, 29 de julio de 2014

Prepotencia yanqui

[Vamos! Nº33]  Solicitada de American Task Force.



American Task Force, grupo que representa al fondo buitre NML que reclama al país el pago de la deuda, publicó recientemente una solicitada en la que sentencia: “El tiempo se agota para la Argentina” (ver La Nación y Clarín, 16/7). En otra repudiable muestra de prepotencia imperialista yanqui, presiona a la Argentina para que cumpla el fallo del juez Griesa y pague a los fondos buitres.
Amenazan con que no pagar traería más inflación, caída de inversiones, aumento del dólar y “presiones sociales sobre el sector popular más vulnerable”. Como aves de rapiña quieren cobrar una deuda probadamente ilegítima y fraudulenta, y escandalosamente usuraria.
Sin embargo, la crisis argentina del 2001 no fue producto del default, sino precisamente de la política de pagos, acuerdos y reestructuraciones de la deuda externa, entre otras causas. Y justamente el default parcial de 2001-2002 fue, por el contrario, una de las causas de la reactivación económica posterior.
El Gobierno argentino, por su parte, reafirma su posición de querer pagar al 100% de los acreedores, incluyendo a los buitres. Su defensa de “soberanía” la reduce así a las negociaciones para postergar el inicio del pago a los fondos buitres hasta enero de 2015 con el objetivo de evitar que se aplique la cláusula RUFO.
La cláusula RUFO se incorporó en el canje de deuda del 93% de los acreedores que aceptaron una quita en el monto a cobrar. Según esta cláusula, si Argentina paga a los que no aceptaron la quita una cifra mayor (por ejemplo a los fondos buitres), los que sí la aceptaron podrían reclamar un pago compensatorio hasta igualar el monto. Esto, según distintos cálculos, podría provocar un aumento de la deuda externa en US$ 120.000 o US$ 200.000 millones.
De allí que tanto el kirchnerismo como economistas de la oposición como Lavagna hablen de no pagar a los buitres antes de enero. Pero todos reconocen la voluntad de pagar la totalidad de la deuda ilegitima y fraudulenta. El gobierno, en definitiva, tampoco pretende enfrentar coherentemente al imperialismo yanqui y hacer valer la soberanía nacional sobre la estafa de la deuda ilegítima y fraudulenta (ni tampoco sobre la entrega de nuestros recursos naturales a Chevron).