El Golpe era apoyado de manera directa por la mayoría de los partidos políticos que se habían opuesto al peronismo: la Iglesia, la Sociedad Rural, las cámaras empresarias, la banca y la embajada de los Estados Unidos.
Por el contrario, los trabajadores se pusieron a disposición de la resistencia: la CGT había ofrecido organizar “reservas voluntarias de obreros” para defender las conquistas sociales. La burguesía nacional en el gobierno rechazó de plano esta opción: “Muchos me aconsejaron abrir los arsenales y entregar las armas y municiones a los obreros que estaban ansiosos de empuñarlas… esas cosas uno sabe cómo comienzan, pero no cómo terminan”, lo resumió el propio Perón.
Tras el interregno de Lonardi, con Aramburu la dictadura llevaría adelante un plan de represión, avance sobre las conquistas obreras y populares y entrega nacional.
Generales Lonardi y Aramburu. |