El kirchnerismo festeja con bombos y platillos como “una resolución histórica” el acuerdo llegado en la ONU sobre las reestructuraciones de las deudas soberanas.
“La resolución de Naciones Unidas es una herramienta fundamental para permitir que las reestructuraciones de deudas soberanas se lleven a cabo con mayor equidad, eficiencia y transparencia y que al mismo tiempo se le pueda poner un límite a grupos minoritarios especuladores que sin escrúpulos ponen en riesgo el desarrollo de nuestras naciones”, afirmó el canciller Héctor Timerman en la ONU.
El centro de la resolución está en las condiciones que se pagan las deudas, generando obstáculos a los “grupos minoritarios”, “buitres” que buscan sacar tajada de los pagos de reestructuración. No se discute a quién se le paga, cómo se contrajeron las deudas, en qué condiciones, etc., con lo que en realidad se da un salto en blanquear las deudas usurarias y fraudulentas como la de nuestro país.
La resolución es muy clara cuando dice: “Un Estado soberano tiene derecho, en el ejercicio de su facultad discrecional, a elaborar sus políticas macroeconómicas, incluida la reestructuración de su deuda soberana, derecho que no debe verse frustrado ni obstaculizado por medidas abusivas. La reestructuración debe hacerse como último recurso, preservando desde el inicio los derechos de los acreedores.”
Para que quede claro que no se investiga remarca en el punto 5: “El principio del trato equitativo impone a los Estados la obligación de abstenerse de discriminar arbitrariamente a los acreedores…”, “…Los acreedores tienen derecho a recibir el mismo trato en proporción con su crédito y con las características de este. Ningún acreedor o grupo de acreedores debe ser excluido a priori del proceso de reestructuración de la deuda soberana.”
El fallo habla de “inmunidad soberana de jurisdicción”. Muy bonito. Pero también aclara que es en tanto y en cuanto no haya apelaciones a esa inmunidad.
Se podría seguir desarrollando punto por punto, pero lo cierto es que más allá de lo simbólico y la utilización política del caso, el fallo no condena las deudas usurarias e ilegítimas, como la que se paga en nuestro país o la que pesa sobre Grecia por ejemplo. De ninguna manera el gobierno argentino pretendía semejante disparate que contradeciría su política de “pagador serial”.
El fallo no vinculante, por cierto, apunta a los “sectores especulativos”, los buitres, en definitiva los EEUU, sus aliados y la banca vinculada.
Nada tiene este fallo de compulsa de los países oprimidos y dependientes contra los estados imperialistas. Tal es así que esta tamaña “hazaña antiimperialista” contó con el apoyo del imperialismo chino y ruso.